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Ibarretxe intervino en persona para desbloquear la negociación con EA

EA supeditó la coalición a que el 'lehendakari' se comprometiera públicamente con su plan

La reanudación de las conversaciones entre el PNV y EA para sellar una coalición ante las próximas elecciones municipales exigió la intervención del propio lehendakari, Juan José Ibarretxe, quien no pudo evitar la declaración oficial de ruptura de la negociación en diciembre. El lehendakari quiere revalidar el éxito de las autonómicas de 2001 con un buen resultado en mayo. El partido de Begoña Errazti no quiso hablar de coalición electoral antes de que el PNV se comprometiera públicamente con el plan de libre asociación que Ibarretxe presentó en el Parlamento.

Juan José Ibarretxe se encontró la negociación prácticamente rota a su vuelta del viaje de diez días que efectuó a primeros de diciembre a Gran Bretaña y Suramérica para explicar su propuesta de libre asociación. Pese a su intervención, la ruptura se anunció, con el lehendakari ya de vuelta, el 11 de diciembre, pero Ibarretxe no tiró la toalla. Al día siguiente, durante el pleno del Parlamento vasco, conversó largamente con su consejero de Trabajo y hombre fuerte de EA en el Ejecutivo, Joseba Azkarraga.

Tanto en la reunión de la ejecutiva del PNV del lunes siguiente, a la que asistió en Bilbao, como en conversaciones con la presidenta de EA, y más aún con Azkarraga, emplazó a las dos formaciones a realizar "un último esfuerzo" para seguir hablando y mantener el diálogo abierto en todo caso.

El lehendakari les pidió que revisaran sus posiciones para reanudar como fuera las conversaciones. Su reproche se centró en la decisión tomada por ambas delegaciones en diciembre de dar por rota la negociación y se empleó a fondo en convencerles de la gravedad de su resolución. "Siempre es mejor mantener abierto el diálogo que dar por rota una negociación", afirman medios cercanos al lehendakari que dijo éste.

Decepción

En la Presidencia del Gobierno vasco se mantiene ahora la expectativa de que termine en acuerdo la nueva ronda negociadora, iniciada el jueves pasado y cuya segunda reunión se celebra hoy. Ante la sugerencia de lo negativamente que afectarían al Gobierno y a los planes de Ibarretxe unos resultados mediocres en las municipales por una concurrencia separada a los comicios, se señala: "Nosotros preferimos situarnos en que eso no va a suceder".

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Fortalecido con la inesperada aprobación de los presupuestos, Ibarretxe necesita revalidar sus resultados de las autonómicas de 2001 con otro buen balance electoral en mayo, y para ello necesita mantener incentivado por la unidad nacionalista al electorado de Batasuna que ya le dio el voto entonces y que ve con buenos ojos su propuesta de libre adhesión.

El anuncio de la ruptura de las negociaciones supuso una considerable decepción en el mundo nacionalista y en las bases de ambos partidos, que recogieron multitud de reproches, a los que se refirió el presidente del PNV, Xavier Arzalluz, con una de sus castizas frases: "Muchos nacionalistas dirán: 'Si nos sois capaces de poneros de acuerdo ni entre vosotros, agur Ben Hur".

El PNV lleva casi un año intentando comprometer a su socio de Gobierno en una coalición fraguada con tiempo, para salvar los errores que, en su análisis, impidieron sacarle toda la rentabilidad a la que firmaron en 1999. Ese partido quería haber tenido zanjada la cuestión antes del verano pasado. Pero las cosas se han hecho a la manera y con los tiempos que EA impuso.

A la formación de Begoña Errazti le pareció prematuro hablar de coalición entonces, porque primero querían el compromiso del PNV -no veían a todos sus interlocutores de ese partido convencidos de llegar tan lejos como EA pretendía- para el dictamen de la comisión de autogobierno, que dio lugar después a la propuesta de libre asociación presentada por Ibarretxe en septiembre. Sólo en ese momento, reconocen ahora fuentes de su ejecutiva, estuvo EA dispuesta a abordar la coalición. Mientras, se había despejado otra incógnita importante para EA: el camino y el ritmo que imprimía definitivamente el Gobierno central al proceso para ilegalizar a Batasuna.

Con todo, las mismas fuentes de EA admiten que los plazos se les han ido de las manos, incluso a ellos que tuvieron el mayor interés en retrasar el compromiso. "Deberíamos haber terminado con esto en noviembre. Ahora sí estamos ya muy cortos de tiempo", dicen.

Pese a esa premura, les ha costado un mes sentarse de nuevo. Desde diciembre, la secretaria del EBB, Josune Ariztondo, y el vicesecretario general de EA, Rafael Larreina, han mantenido la interlocución abierta y ambos partidos han retorcido sus propuestas para intentar introducir alguna variación que, sin dañar gravemente sus intereses ni dar sensación de enorme cesión, pueda satisfacer a su socio en el Gobierno. A finales de diciembre, las cosas parecieron estar ya a punto para celebrar una reunión, pero el PNV la retrasó -el proceso ha coincidido con la contestación en Vizcaya al candidato oficial a diputado general- y no pudo ser hasta el jueves pasado.

El 'escollo Sudupe' en San Sebastián

La candidatura de Román Sudupe a la alcaldía de San Sebastián que el PNV presentó públicamente, convirtiendo así su decisión en un apartado innegociable, no es el único problema que los negociadores tienen por resolver, pero sí uno de los más importantes. El asunto se ha convertido en tal escollo que ni siquiera ha sido planteado formalmente en la mesa en esta nueva fase de la negociación.En las filas de EA se sugiere que Sudupe vuelva a encabezar la lista para las Juntas Generales de Guipúzcoa como mejor medio de resolver el conflicto en la capital guipuzcoana, donde el partido de Begoña Errazti fue la fuerza más votada y exige la cabecera de la lista. Y ello pese a confiar poco en que, ni juntos ni separados, vayan a lograr todavía en esta ocasión desplazar del primer puesto al actual alcalde donostiarra, el socialista Odón Elorza.Fuentes de EA aseguran tener "dos candidatos", uno en la política activa y otro proveniente de fuera de ella, "mejores que Sudupe" quien, añaden, estaría "encantado" de volver a ser diputado general. "No habría daños colaterales", se afirma, puesto que el candidato propuesto por el PNV a sustituirle, Joxe Joan González de Txabarri, podría seguir en su escaño del Congreso de los Diputados. Además del escollo Sudupe en el puesto más codiciado que puede ambicionar la coalición, la falta de acuerdo entre ambos partidos se concreta en las reticiencias de la dirección nacional de EA a avalar la imagen de un acuerdo global del que, según se desprende de los contactos oficiosos entre las dos ejecutivas regionales, quedan únicamente por resolver los desacuerdos en una veintena de municipios.El miedo de los dirigentes de EA a que se desdibuje su perfil, más radical e independentista que el PNV, y a quedar oscurecidos ante el arrastre de este partido es otro de los problemas que ha lastrado esta larga negociación.

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