Los secretos del corazón
El código fuente de un sistema operativo está compuesto por millones de líneas de programación en las que se establece desde el color del escritorio hasta la compatibilidad de las aplicaciones. Pequeñas alteraciones del código pueden provocar una inestabilidad inmediata del sistema.
Microsoft ha guardado bajo llave este secreto no sólo por miedo a retoques técnicos poco fiables, sino porque esconde también las herramientas de programación que están en el corazón de Windows.
El acceso al código fuente de Windows permitiría que otras empresas, sin reparos en hacer "piratería tecnológica", pudieran clonar ese sistema operativo; con el código en secreto, sólo puede entenderse su funcionamiento mediante un proceso de ingeniería revertida costoso e incompleto. Por eso Microsoft lo guarda con tanto recelo.
Frente a los sistemas cerrados o de propiedad única, como los de Microsoft, están los de código abierto, como Linux, modificado y mejorado prácticamente cada minuto. Miles de programadores revisan y retocan el código fuente de Linux y hacen inmediatamente públicos sus avances.
Bill Gates ha contemplado la expansión del Linux no sólo como un cáncer capaz de robarle terreno en el mercado; los máximos responsables de Microsoft llegaron a decir que los sistemas de código abierto amenazaban con entorpecer la innovación tecnológica. El presidente, Steve Ballmer, casi se mofaba de las connotaciones libertarias que acompañan a la revolución Linux: "Todavía no he visto ni una sola aportación ni ninguna innovación en esa plataforma", dijo no hace mucho.
Hace algunos meses, Gates cambió de postura y alabó en público las virtudes de un código abierto capaz de aceptar sugerencias y asimilar modificaciones en función de cada necesidad informática. Ballmer se desdijo: "Estamos aprendiendo cosas del mundo Linux", aseguró. Las enseñanzas que obtenía Microsoft eran más conceptuales que tecnológicas, y reducidas a un principio básico: ante dos productos similares, el consumidor optará siempre por el que sea gratuito. Amazon.com, la empresa de venta por Internet, cambió hace poco sus servidores de Internet al sistema Linux para reducir gastos.
Con el tiempo y ante la falta de competidores con suficiente envergadura, los sistemas y programas de código abierto han acabado convirtiéndose en la gran amenaza contra Microsoft. Dos terceras partes de los servidores de Internet usan sistemas Apache y no los de Microsoft; cada vez más servidores de aplicaciones funcionan con Linux y Tom Cat, una aplicación de código abierto escrita en el famoso lenguaje Java creada por Sun Microsystems. Esta empresa también ha empezado a distribuir gratuitamente su StarOffice, una alternativa comparable -mejor, según algunos- al Office por el que Microsoft cobra una elevada suma de dinero a los consumidores y a las empresas.
Los expertos en programación también destacan que cada nueva versión de Windows requiera una actualización de los ordenadores porque el sistema consume muchos recursos; en cambio, Linux se programa sin requisitos mínimos de memoria o velocidad del procesador.
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