Rebelión ciudadana

A las faldas del castillo de Santa Catalina de Jaén se erige El Tomillo, uno de los barrios más antiguos de la capital. Sus cerca de 2.500 habitantes de clase trabajadora viven en casas bajas, entre calles estrechas y empinadas rodeados por las sierras de Jaén y de cara a una espléndida vista sobre la capital. Esta imagen calificada por algunos de idílica se ha convertido en un calvario para sus vecinos.

El barrio, situado en la zona sur, una de las más desfavorecidas de la ciudad "no se ha tocado en 10 años", señala Ascensión Expósito, presidenta de la asociación de vecinos San Sebastián-El Tomillo. Los vecinos llevan más de un año pidiendo al alcalde, el popular Miguel Sánchez de Alcázar, que haga caso a sus peticiones. La escasa presión del agua, los socavones del asfaltado de las calles, así como el mal estado del alcantarillado que ha provocado filtraciones de agua en las viviendas ha llevado a que algunas de las más de 30 familias afectadas se estén planteando el abandonar sus casas. "Todas las paredes de las habitaciones están prácticamente inundadas y la salud de mis tres hijos junto a la de mi marido y la mía se está viendo afectada, incluso el médico me ha dicho que podría denunciar al Ayuntamiento", exclama Rosario Vidal, señalando con resignación los pomos oxidados del armario de su dormitorio. Además, "los propios técnicos del Ayuntamiento me aseguraron que hasta que no se arregle el alcantarillado el problema persistirá", añade.

En abril de 2002, el pleno del Ayuntamiento aprobó por unanimidad una moción para mejorar la situación de la zona. "Sánchez de Alcázar visitó el barrio y estuvo en nuestras casas, asegurándonos que en 20 días empezarían con los arreglos, pero todavía estamos esperando", señala Juan Antonio Montiel, otro de los vecinos afectados. El 23 de diciembre volvieron a acudir al Ayuntamiento. "En el último pleno del 2002, nos tuvimos que ir porque no nos hicieron caso", lamenta Rosario.

La paciencia de los vecinos se ha acabado. Se han negado a pagar el recibo del agua e incluso están dispuestos a encerrarse en el Ayuntamiento de Jaén hasta que alguien los tome en serio. "¿Por qué vamos a pagar por un servicio que no recibimos?", se pregunta la presidenta de la Asociación. Y añade: "No hay derecho a que tengamos que pagar de nuestro bolsillo los arreglos de las calles, que es lo hemos tenido que hacer". Pero los vecinos no sólo se han ocupado de las obras en las calles del barrio. Del mismo modo las limpian porque consideran irregular el servicio que les proporciona el Ayuntamiento.

Y las reivindicaciones no se quedan aquí. Una marquesina para la parada del autobús que les proteja de las inclemencias del tiempo es otra de las promesas incumplidas. Toda esta situación ha provocado un sentimiento de abandono y marginación por parte del Consistorio municipal en los habitantes del Tomillo. "Nos parece muy bien que coloquen mármol en el acerado del centro de Jaén, pero ¿por qué no se nos arregla también nuestras calles y plazas... porque aquí no vienen a pasearse los que viven en el centro?", denuncian los vecinos.

El Consistorio jienense cuenta para barrios como El Tomillo con 16,5 millones de euros del plan Urban, financiado en un 75% por la Unión Europea y el resto por el propio Ayuntamiento. Sin embargo, los vecinos lamentan que a pesar de la situación precaria de la mayoría de su entorno urbano, solamente una plaza haya sido incluida en el marco de la iniciativa europea. "El barrio ha quedado al margen del Plan Urban, a excepción de la plaza del Tiro", señala Ascensión Expósito.

El alcalde de la capital, Miguel Sánchez de Alcázar, niega que exista discriminación municipal. "Es uno de los barrios con un volumen de inversión más significativo", señaló, tras recordar las actuaciones de la piscina (una de las primeras obras del mandato), el inicio de la plaza del Tiro, y los trabajos para solucionar el déficit de presión del agua y las humedades en muchas viviendas, "un problema endémico", a juicio de Sánchez de Alcázar. El candidato socialista, Marcos Gutiérrez, cree que El Tomillo se encuentra "abandonado" y es el mejor ejemplo del "desequilibrio" entre el norte y el sur de Jaén.