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Los Mossos d'Esquadra no empezaron a recibir hasta ayer la ropa de invierno

La Generalitat admite que los agentes han protestado poniendo menos multas de tráfico

Miquel Noguer

La imagen del pasado invierno con los Mossos d'Esquadra afrontando un caos circulatorio entre la nieve y vestidos sólo con ropa de verano se habría repetido de haberse cumplido el pronóstico de nevadas del último fin de semana. Resulta que los 1.200 mossos de Tráfico no comenzaron a recibir hasta ayer sus uniformes de invierno, algo que tiene indignado al cuerpo desde hace meses. Esta carencia, sumada a la falta de personal, ha originado una huelga encubierta de los agentes, de manera que sólo se dedican a tareas "de prevención", lo que se ha traducido en que apenas ponen multas.

El enfado es generalizado. Los Mossos d'Esquadra de Tráfico vienen reivindicando desde hace meses una mejora de los medios para afrontar situaciones de emergencia como la de diciembre de 2001, cuando más de la mitad de Cataluña quedó cubierta por una espesa capa de nieve y las carreteras se convirtieron en una ratonera para miles de ciudadanos. En aquel momento los mossos denunciaron que tuvieron que afrontar la nevada sin ni siquiera cadenas en sus vehículos y, lo que es más sorprendente: vestidos con el uniforme de verano.

Los sindicatos de la policía autonómica explican que nadie en el cuerpo había previsto en aquel momento la necesidad de que un agente de tráfico, que pasa la mayor parte de su jornada laboral en la carretera, pueda necesitar ropa de abrigo especial para afrontar el frío y la nieve.

La situación ha cambiado poco. El secretario general del Colectivo Autónomo de Trabajadores de los Mossos d'Esquadra (CAT), Enric Alsina, lo define así: "Podría decirse que los mossos han afrontado el frío de los últimos días vestidos con zapatos de charol".

Se las apañan como pueden. Según Alsina, muchos agentes desafían el frío poniéndose cualquier tipo de prenda bajo el anorak de verano, lo que está prohibido por el reglamento de imagen corporativa que rige este y otros cuerpos de policía. Desde este sindicato también se critica que los mossos de Tráfico soportan a la intemperie y mal equipados jornadas que a menudo llegan a las 13 o 14 horas. "Se trata de un problema de falta de personal", explica Alsina.

Plantilla insuficiente

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Este representante sindical sostiene que la plantilla de los Mossos de Tráfico es "totalmente insuficiente", y de acuerdo con sus cálculos debería ampliarse en "un 20%" para cubrir todos los turnos. Esto significaría añadir unas 250 personas a los actuales 1.200 agentes. "Nos vemos obligados a trabajar 12 horas durante tres y cuatro días seguidos con el consecuente cansancio para los agentes que tienen que patrullar por las carreteras y conducir los vehículos", asegura Juli Mosquera, portavoz de la Plataforma Sindical de Tráfico. Los representantes del colectivo no entienden algunas normas: "Cómo podemos multar a un camionero que conduce 8 o 10 horas si nosotros hacemos lo mismo"

Mientras la situación no mejore, los mossos seguirán con sus acciones de protesta. La que más efectiva resulta es la que lleva a cabo desde el pasado noviembre buena parte de los agentes de tráfico. Al no tener derecho a huelga, los policías han decidido "centrarse en tareas de prevención". En la práctica esto supone que en las carreteras controladas por la policía autonómica apenas se está multando a los conductores.

Fuentes sindicales afirman que "sólo se están poniendo las multas imprescindibles y en aquellos casos en que el conductor es pillado en flagrante". Este descenso en el número de multas ya ha sido cuantificado por el Departamento de Interior de la Generalitat; el pasado noviembre el número de sanciones bajó el 80%, aunque según la misma fuente "en diciembre la situación se recuperó y la reducción quedó en el 35%".El Departamento de Interior considera que el retraso que han sufrido los Mossos en la entrega de los uniformes y equipos de invierno era "casi inevitable" y alegan que han sufrido "problemas de suministro". Según la versión oficial, los representantes de los agentes de tráfico no comunicaron hasta el pasado mes de septiembre cuáles eran sus necesidades en cuanto a uniformes y equipos de invierno.

"Exigieron prendas de Gore-Tex [un tejido aislante de gran calidad] para cada uno de los 1.200 agentes de Tráfico" explicó ayer un responsable de Interior "y esto lleva tiempo". Siempre según estas fuentes "la empresa suministradora no ha podido hacer frente al pedido hasta ahora, aunque confiamos en que los próximos días podremos repartir todos los uniformes".

Pero lo cierto es que los primeros uniformes no se distribuyeron hasta ayer, cuando el plan NeuCat, activado la semana pasada ante la posibilidad de nevadas en cotas bajas, ya se había desactivado. Los primeros uniformes han sido repartidos entre los agentes que patrullan en el Pirineo. A los que trabajan en otras zonas los uniformes les llegarán "antes de 15 días", afirmó el portavoz de Interior.

Los representantes sindicales consideran poco menos que una tomadura de pelo las explicaciones de Interior. También piden más medidas de seguridad para los agentes que trabajan en la carretera, ya que, en su opinión, sufren una elevada siniestralidad laboral. Poe ello unos 500 mossos donaron sangre ayer en diferentes poblaciones como medida de protesta. Su lema: Preferimos dar sangre aquí que dejarla en la carretera.

Interior considera que el conjunto de protestas de los mossos de Tráfico responde a un intento de este colectivo de recibir un trato diferencial al de sus compañeros dedicados a seguridad ciudadana. En algunas ocasiones los agentes de Tráfico han negociado por su cuenta sus condiciones laborales, algo que Interior no piensa permitir más. "Los Mossos tienen 7.500 agentes, no sólo los 1.200 de tráfico", afirman sus responsables.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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