Fomento permitió el uso privado de uno de sus remolcadores, según la empresa de salvamento
El remolcador Ría de Vigo, contratado por la Administración para atender como servicio público las emergencias por accidentes en el mar, actuó durante el naufragio del Prestige, el 13 de noviembre, como un servicio privado y con el conocimiento del Ministerio de Fomento. Así lo sostiene la empresa rescatadora del petrolero, la holandesa Smit Tak, que fue quien subcontrató al Ría de Vigo. Esta compañía remitió a Fomento un escrito, seis horas después del accidente, informando del acuerdo de colaboración. Un mes después, el ministro Álvarez-Cascos lo calificó de ilegal.
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