Muere el sexto magrebí herido en el incendio de los calabozos de Málaga
La policía busca en Ceuta al cabecilla de la red mafiosa que organizó la expedición
Dieciséis días después del incendio de los calabozos de la comisaría de Málaga, ayer murió el sexto inmigrante irregular del grupo de 17 que esperaban en una celda su devolución a Marruecos. Dos permanecen aún ingresados en grave estado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Málaga. La policía señala como autor del fuego al guía de la expedición y patrón de la embarcación, a quien identifica como Ahmed Ahagan, que fue la primera víctima mortal, y busca en Ceuta al jefe de esta red mafiosa, identificado por una de las víctimas como Nadori o Septi.
La última muerte provocada por el incendio de los calabozos de Málaga del 27 de diciembre se produjo ayer en la unidad de quemados del Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla. Se trataba de un hombre con el 30% de su superficie corporal quemada, que padecía disfunción renal e insuficiencia respiratoria y cardiocirculatoria. Como a la mayoría de los fallecidos en esta tragedia, la inhalación de humo tóxico durante casi 15 minutos ha impedido su recuperación.
A los seis muertos hay que añadir dos heridos que siguen ingresados en el Hospital Carlos Haya, de Málaga, en grave estado, aunque no se teme por su vida, según fuentes sanitarias.
Otros ocho de los 20 miembros de este grupo fueron devueltos a Marruecos inmediatamente después del incendio. Siete de ellos estaban en el calabozo incendiado. Una mujer, que también viajó en la embarcación, se hallaba en una celda contigua. Dos de los inmigrantes adujeron que eran menores de edad y las pruebas oseométricas permitieron que pasaran a la tutela de la Junta de Andalucía, ante la duda de que pudieran tener entre 17 y 18 años.
Los dos que faltan para completar la veintena están en España. Uno es el único argelino del grupo, y la policía instruye un expediente de expulsión contra él, aunque está en libertad.
Contra el último, los agentes iniciaron otro expediente similar y el próximo miércoles debería presentarse en comisaría para recibir la notificación de expulsión. Este hombre ha revelado detalles y nombres de la red mafiosa de ciudadanos marroquíes y españoles de origen magrebí que desde Ceuta controlaba la ruta de entrada en España que utilizaron los fallecidos.
Los abogados de la ONG Andalucía Acoge piensan solicitar al juez de Ceuta que instruya el caso la declaración de testigo protegido para este inmigrante. También han pedido a las autoridades gubernativas papeles de residencia para su representado, en aplicación del artículo 59 de la Ley de Extranjería, "por haber colaborado en la desarticulación de una red dedicada al tráfico de personas".
La mafia en cuestión tiene un perfecto control de los inmigrantes que intentó introducir en España, a los que retiró en Ceuta el pasaporte y el documento de identidad marroquí. Familiares del testigo que reclama protección han sido amenazados por teléfono, según fuentes de Málaga Acoge.
El yate que zarpó de las costas de Ceuta hacia el 23 de diciembre con este grupo está matriculado en Ceuta con el nombre de Miriam, y su propietario teórico es un vecino del barrio de El Príncipe que cumple condena desde hace un año en la prisión de Algeciras. Fuentes del caso aseguran que presta sus datos personales para que los mafiosos pongan propiedades a su nombre.
El jefe de la red ha sido identificado por sus apodos de Nadori o Septi, y es descrito por una de las víctimas como "un hombre cejijunto, fuerte, grueso, de 1,80 de altura, con la cabeza pelada, de unos 40 o 45 años, que vive en Ceuta con su mujer y sus hijos y conduce un Mercedes con matrícula europea".
El ministro del Interior, Ángel Acebes, tiene pendiente una comparecencia ante el Congreso para explicar los detalles del incendio. Acebes, que visitó Málaga el pasado jueves, dijo que espera "que la Mesa del Congreso fije la fecha" para su intervención. La Mesa no se reunirá hasta el próximo día 16. En todo caso, el ministro ya adelantó en Málaga que "la actuación policial fue ejemplar" durante el incendio y rechazó que haya que cambiar los protocolos de seguridad en los calabozos.
Aunque ésta es la postura oficial, fuentes policiales informan de que "se han hecho peticiones urgentes de máscaras antigás y se ha reiterado al Ministerio del Interior que envíe colchonetas y mantas ignífugas".
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