Benet i Jornet y Sergi Belbel exploran el sentido de la vida en la 'L'habitació del nen'
La obra, con Emma Vilarasau y Pere Arquillué, se estrena en el Teatre Lliure
Josep Maria Benet i Jornet y Sergi Belbel guardan celosamente el argumento de L'habitació del nen -la obra del primero que el segundo dirige y que se estrena el jueves en el Teatre Lliure, en Gràcia- para asegurar la sorpresa del espectador. Es una tragedia (o lo parece) en la que una pareja joven y aparentemente ejemplar (Emma Vilarasau y Pere Arquillué) y con un hijo pequeño sufre una desgracia. La pieza, marcada por la habilidad dramatúrgica de Benet i Jornet, que la hace trascender una lectura unívoca y lineal, trata de una pérdida, de la disolución de una felicidad y de dos miradas diferentes y contrapuestas, optimista y pesimista, sobre la vida y su sentido.
Benet i Jornet no escatimó elogios a Belbel, hasta casi sonrojar al director y también dramaturgo. Recalcó su admiración por él y dijo que sigue todos sus consejos, y sobre su reciente comparación de Belbel con Lorca por la difusión internacional de su obra, zanjó que no es una opinión, "sino un hecho incontestable", que Belbel es el autor teatral más estrenado en el extranjero "de toda la piel de toro". Belbel, que ha logrado un rotundo éxito en el Teatre Nacional con Dissabte, diumenge, dilluns, de De Filippo, dijo que ese montaje, que acaba hoy sus representaciones tras haberlas prorrogado, se saldará con 40.000 espectadores y que se estudia ya su vuelta a los escenarios.
Al referirse a L'habitació del nen, Benet i Jornet dio el susto al afirmar: "De la obra hablaré poco. Hasta ahora hemos conseguido despistar sobre el tema y espero que la cosa siga así. Es difícil hablar de la pieza sin matar el argumento". Reveló, no obstante, algunas cosas: "Los protagonistas son una pareja que se quiere mucho y que tienen una criatura . Empieza un día espléndido de sus vidas y de repente las cosas cambian". El autor no lo explicó, pero la lectura de la obra -publicada por Edicions 62- permite revelar, sin romper el juego de misterio, que se trata de un acontecimiento traumático que coloca la pieza en clave de tragedia y que imposibilita la convivencia de la pareja.
No obstante, pese al dramatismo del asunto, Benet i Jornet aseguró: "Escribí L'habitació del nen como un intento de relativizar mis convicciones y explicar que cuando muestro una actitud pesimista -siempre veo la muerte delante, y el dolor; no puedo evitarlo- podría no estar en lo cierto. Que yo lo vea así quizá no quiere decir que sea así. La misma razón puede tener quien ve la vida desde una perspectiva positiva. Es posible que la misma naturaleza precise la existencia de los dos tipos de personas".
Sergi Belbel entroncó la obra con otras dos del autor, Fugaç y Testament. "No componen una trilogía, pero todas tocan el tema del sentido de la vida, de encontrarle sentido a la vida. El protagonista de Fugaç tenía una visión fatalista; en Testament se mantenía esa visión, pero dando un paso en la consideración de que podía haber un legado, una esperanza de futuro. La nueva obra es otro paso hacia una visión positiva. Aparecen dos maneras de afrontar la vida, optimista y pesimista, pero en una dialéctica de igual a igual, sin que la pieza se decante por una u otra visión. Es la primera vez que veo algo así en una obra de Benet i Jornet". "Deberá ser el espectador, si quiere", continuó, "el que elija completar el significado de la obra en una u otra dirección".
Director y dramaturgo deploraron la coincidencia del título con el del filme de Nanni Moretti La stanza del figlio (2001). "¡Qué susto!", estalló Benet i Jornet. "Yo ya la tenía escrita, incluso pensé cambiarle el título, aunque son obras muy diferentes".
Belbel destacó la interpretación que hacen Emma Vilarasau y Pere Arquillué, y Benet i Jornet añadió la de los niños que encarnan al hijo. Uno de ellos, Daniel Casadella, preguntó al director y al dramaturgo: "¿Puedo decir que da un poco de miedo?".
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