Amarre de la flota
El fuerte temporal obligó ayer al amarre de casi toda la flota pesquera y a suspender la línea del transbordador entre Dénia (Marina Alta) y las Islas Baleares. Cerca de 1.000 personas tuvieron que cambiar sus planes de viaje al interrumpirse las operaciones de la compañía Balearia, que consideró que el estado de la mar en Dénia era "peligroso". Los pasajeros fueron desviados a Valencia, que ofreció dos salidas a Ibiza y Palma.
El temporal también provocó el amarre de la flota pesquera y la Generalitat mantuvo anoche la preemergencia por fuertes vientos y temporal marítimo. Sólo 10 barcos del puerto de Santa Pola salieron a faenar. El resto del sector decidió no salir a la mar ante las rachas de viento que llegaron a alcanzar los 90 kilómetros por hora. Los puertos de Benicarló, Burriana, Gandia, Dénia, Calp, Altea y Xàbia, entre otros, cerraron su actividad la madrugada del jueves al viernes, tras desatarse la tormenta. El viento también provocó problemas en la arribada de buques mercantes al puerto de Gandia, que restringió su acceso.
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