Hegemonía espacial
El jugador debe gobernar el sistema solar y evitar nuevas guerras secesionistas en el espacio
Siglo XXII. La humanidad sigue matándose entre sí. Para desgracia de otras razas alienígenas aún no nos hemos exterminado. Según cuentan en Haegemonia la guerra se ha iniciado entre la Tierra y los humanos de la colonia marciana que pretenden su independencia. Consideran que ellos han creado mayores avances tecnológicos mientras que los humanos, ellos se consideran marcianos, se han establecido en el despilfarro y el consumismo.
El jugador debe convertirse en capitán de las fuerzas humanas o del bando marciano para intentar reestablecer la paz. Después escribirá la historia de las Fuerzas Especiales del Espacio Unido. Digital Reality propone este colosal reto estratégico desde la perfección tecnológica que ha alcanzado su motor de representación de gráficos 3-D. Lazlo Peller, diseñador del juego, quería introducir un revulsivo en el estancado género de la estrategia y lo ha conseguido. Haegemonia no es un clon más, es otro concepto en el que la gestión global asume mayor importancia que el control milimétrico de la batalla. El jugador deberá recoger recursos para conseguir dinero, ya sea desde la extracción de minerales en meteoritos o desde el comercio con distintas razas. También deberá gestionar la investigación y los tributos que los habitantes de los distintos planetas deberán rendir para garantizar su actual estado de bienestar y seguridad frente a posibles ataques.
'Haegemonia'
Desarrolla: Digital Reality
Distribuye: Virgin PLAY
Plataforma: Windows
Género: Estrategia
Edad: Todos los públicos
Precio: 40 euros
Internet: www.haegemonia.com
La superioridad numérica sigue siendo un factor clave. La Tierra se queda pequeña si se pretende hacer frente a ejércitos de otros sistemas solares: la colonización de otros planetas es una prioridad. Para ello hay que investigar tecnologías que permitan llegar a mundos remotos hasta avanzados sistemas de supervivencia en zonas de naturaleza hostil.
Un sistema de experiencia como en los juegos de rol permite que los héroes influyan en los atributos de las escuadras. Un héroe curtido puede conseguir que su ejército sea más rápido, tenga más puntería, aproveche mejor la información de los radares o soporte mejor los ataques. Hay que intentar que estén en muchas batallas sin que mueran en ellas. El control se hace con el ratón con el sistema de seleccionar con el botón izquierdo y asignar órdenes contextuales con el derecho. Cuatro pantallas de información permiten hacer las gestiones y con la barra espaciadora se activa el mapa estelar: la toma de decisiones es más intuitiva.
La palma del juego se la lleva el espectáculo cósmico-visual que desfila ante las retinas del jugador. Con un ordenador de tipo medio es capaz de representar una única nave, con un nivel de detalle en que se pueden leer las pegatinas, y alejar el zoom hasta ver el sistema solar en pantalla sin pestañear. El espacio que representa no es una sábana oscura con puntitos blancos. Es un complejo cóctel de asteroides, nubes de gas, meteoros, galaxias y nebulosas mezclado con juegos de luces, sombras y refracciones.
Digital Reality han hecho un par de concesiones, como no respetar la propagación inexistente del sonido en el espacio y tampoco la proporción del tamaño entre los planetas, en pro de ofrecer una experiencia más atractiva. El atronador sonido de las explosiones y los láser en las batallas mezclado con la música orquestal de la banda sonora consigue un inmersión absoluta en el ingrávido escenario.
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