Decenas de soldados mueren en Argelia en un atentado de islamistas radicales
El Grupo Salafista para la Predicación y el Combate es fuerte en la zona del ataque
La guerra de Argelia, que se ha cobrado ya más de 100.000 muertes en los últimos diez años, vivió el sábado pasado una de las peores jornadas que se recuerdan. Al menos 56 personas hallaron la muerte y otras 20 resultaron heridas en dos atentados presuntamente cometidos por grupos terroristas islámicos en las provincias de Biskra y Blida, según fuentes oficiales y testimonios citados ayer por la prensa argelina. El atentado más sangriento tuvo como escenario la localidad de Theniet el Abed, en la provincia de Biskra, al sureste de la capital argelina, una región en la que en los últimos diez años ha habido escasa actividad terrorista.
Un convoy militar cayó en una emboscada tendida por un comando integrista, que logró dar muerte a por lo menos 43 soldados y milicianos y causó heridas de consideración a otros 19. Según fuentes locales, los autores de la matanza conocían la hora en que debía pasar el convoy y dispusieron de tiempo para colocar en la calzada una serie de explosivos de gran potencia que ocasionaron una carnicería.
Los artefactos, confeccionados con bombonas de gas y acetileno, provocaron también un incendio en los vehículos, lo que explica el elevado número de víctimas. Al conocerse el atentado, fuerzas militares salieron en persecución del comando terrorista, que pudo replegarse hacia una zona montañosa cercana al lugar del hecho, que está siendo bombardeada.
La provincia de Biskra es fronteriza con la de Batna, en la que se ha comprobado la existencia de varios refugios y casamatas del radical Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), la banda terrorista dirigida por el cabecilla Hasán Hatab. Los comandos del GSPC que operan en los límites de estas dos provincias están a la orden de uno de los más conocidos terroristas islámicos, llamado Abderrazak el Para, antiguo paracaidista del Ejército que desertó hace varios años para integrarse en la banda de Hatab.
Horas después de ocurrir la emboscada se tuvo conocimiento de que otro grupo integrista cometió una matanza en la localidad de Zabana, en la provincia de Blida, a unos 50 kilómetros al sur de Argel. Los servicios de seguridad confirmaron este hecho y dieron cuenta en un comunicado del asesinato de 13 personas pertenecientes a dos familias que, al parecer, quedaron diezmadas cuando los terroristas asaltaron sus domicilios. La región de Blida está considerada como uno de los feudos del Grupo Islámico Armado (GIA), la banda que dirige actualmente el cabecilla Rachid Ukali, alias Abu Turab, y esta última matanza presumiblemente fue cometida por uno de sus comandos.
El GIA y sus rivales del Grupo Salafista de Hatab se oponen a toda negociación con las autoridades para deponer las armas en el contexto de la política oficial de concordia civil, como hicieron otros grupos integristas, sobre todo la rama armada del proscrito Frente Islámico de Salvación (FIS). Ambas bandas han manifestado en diversas ocasiones que seguirán con su guerra santa hasta la edificación de un Estado integrista en Argelia, y aunque han sufrido cuantiosas pérdidas, su capacidad de acción sigue siendo todavía una realidad.
El Ramadán suele ser un mes sangriento en Argelia. Este año no había sido así. Los atentados del fin de semana echan por tierra de nuevo las esperanzas del fin del conflicto.
Más de 1.400 víctimas del terrorismo en 2002
Las víctimas del terrorismo en Argelia ascendieron a 1.420 en el año 2002, la mayor parte de ellas civiles, mientras que 130 terroristas de las bandas integristas murieron en los enfrentamientos y operaciones del Ejército en ese periodo, según informó ayer la prensa argelina sobre la base a sus propios datos. Las cifras de los terroristas muertos no han sido confirmadas por medios oficiales, lo que obedece a la consigna de discreción que el Gobierno de argel mantienen sobre las operaciones antiterroristas.Entre los muertos figuran ocho emires o jefes nacionales y regionales de esas dos bandas, el más conocido Antar Zuabri, que encabezó el Grupo Islámico Armado (GIA) hasta que fue abatido en febrero del año pasado en unión de dos de sus principales lugartenientes. En un reciente coloquio sobre el terrorismo organizado en la capital argelina, un portavoz de las Fuerzas Armadas indicó que de los 27.000 terroristas que existían al comenzar la crisis, en 1992, 15.000 de ellos habían sido eliminados, varios miles se habían rendido o cesado sus actividades, y tan sólo 700 se consideraban en activo, de los que 370 pertenecerían al Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC). La crisis, que comenzó a principios del año 1992 con la aparición de los grupos terroristas, se ha cobrado más de 120.000 muertos según recuentos establecidos por varias instituciones internacionales, entre ellas el Departamento de Estado norteamericano.
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