Shanghai estrena el tren más veloz del mundo
La tecnología de levitación magnética permite recorrer los 30 kilómetros entre Shanghai y su aeropuerto en 8 minutos
China ha despedido el año con el estreno comercial del tren más rápido del mundo. El primer ministro chino, Zhu Rongi, y su colega alemán, Gerhard Schroder, tardaron ocho minutos en recorrer los 30 kilómetros que separan el centro financiero de Shanghai y Pudong, sede de su flamante nuevo aeropuerto, tras alcanzar una velocidad punta de 431 kilómetros por hora.
El tren es el primero del mundo de levitación magnética que va a operar comercialmente. Tanto Japón como Alemania llevan más de treinta años investigando esta tecnología, pero ninguno de ellos ha trasladado sus investigaciones a su aplicación en líneas regulares. Japón duda si dará continuidad al proyecto de unir Tokio con Osaka y Alemania ha declinado convertir el trayecto Berlín-Hamburgo de 210 kilómetros en una línea de levitación magnética. Es demasiado caro. Los 30 kilómetros de Shanghai han costado 1.300 millones de euros.
Pero a un país como China, con un índice de crecimiento económico por encima del 9 % anual, esas cifras no resultan disuasorias, habida cuenta de que tendrá que reconvertir en líneas de alta velocidad más de 8.000 kilómetros de sus obsoletos enlaces ferroviarios.
El consorcio Transrapid que ha construido en dos años y medio la línea Shanghai-Pudong confía en su éxito para ampliar su mercado en China, lo que generaría cuantiosos ingresos a la economía alemana. El consorcio, integrado por el propio estado alemán y las compañías Siemens y ThyssenKrupp, confía en que el estudio de viabilidad que el Gobierno chino realiza para implantar el tren magnético entre Shanghai y Pekín (1.250 kilómetros) sea positivo.
Los críticos consideran que esta tecnología es excesivamente cara y consume demasiada energía, cuando pueden conseguirse casi velocidades similares con trenes convencionales. La línea Madrid-Barcelona, sin ir más lejos, está diseñada para circular a 350 kilómetros por hora.
El tren de levitación magnética no se apoya en las vías. Tampoco dispone de ruedas. La propulsión, estabilidad y dirección descansan en la atracción entre las fuerzas electromagnéticas situadas a ambos lados del vehículo y condensadores instalados bajo el raíl guía manteniendo una separación de diez milímetros.
La línea Shanghai-Pudong operada por tres trenes magnéticos trasladará a más de 10 millones de pasajeros en el año 2010. Pese a su inauguración el pasado día 31 de diciembre, no entrará en servicio hasta 2004.
