_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Inocentes

Este día de los Inocentes no puede hallarse más desacreditado. Antes tenían gracia las inocentadas, se reían las mentiras que urdían los periódicos y las bromas blancas que se administraban los amigos durante el día. Ahora, todo ese mundo provoca compasión. ¿Cómo podríamos divertirnos con tanta simpleza? ¿Cómo no veíamos ridículas las bromas a plazo fijo? ¿Cómo podría soportarse tanto candor?

Hoy aceptamos mal que la publicación de una mentira en un periódico o en un telediario tenga la más mínima gracia. El hecho constituiría un baldón. Pero ¿sería una falta porque la vida se ha vuelto más seria e impera el rigor? ¿O, precisamente, porque en medio de la sospecha constante y el continuo temor a ser timado se hace insoportable dedicar una fiesta al engaño? Aquello que era un homenaje a la inocencia sería hoy una celebración de la estafa; lo que fue una fiesta dedicada a los santos inocentes, niños de pecho, parecería, en la actualidad, una sarcástica manera de cebarse con los millones de ciudadanos defraudados por las inmobiliarias, por las salas de justicia, por los líderes políticos, los sacerdotes pedófilos y todos los demás.

La palabra inocente ha dejado de evocar algo positivo para referirse, sin mencionarlo, a todos nosotros, asiduamente burlados por las argucias del poder. ¿Nos cortarán además el cuello, los auténticos suministros informativos, los empleos, las pensiones? Bromear con la credulidad de la gente se ha convertido en asunto tabú. Porque sabiendo de sobra que nos mienten, ¿hasta qué límite nos estarán mintiendo?, ¿hasta qué zonas alcanzará la trola?

Al miedo crónico que ha instalado el modelo terrorista se suma la suspicacia crónica que propicia la opacidad del poder. Al lado de la actual exacerbación de la demanda de seguridad contra riesgos múltiples se alza la exasperada demanda de transparencia. A medida que ha crecido la globalización han ido borrándose los perfiles, a medida que han proliferado las comunicaciones se ha extendido la sombra sobre la verdad. ¿Celebrar la credulidad? ¿Quién apoyaría un día de los Inocentes cuyo sentido oculto consistiría en mofarse de esta boba y candorosa sociedad?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_