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Las comunidades Wi-Fi españolas se multiplican por cinco en un año

Las redes alcanzan a pueblos de islas y montañas

En menos de un año, se han quintuplicado los grupos ciudadanos que ponen manos a la obra para cubrir sus localidades con redes digitales inalámbricas. Pueblos de islas y de montaña reúnen a los nuevos entusiastas, que no cesan de llegar. Mientras, ciudades pioneras, como Guadalajara o Madrid, tienen ya números importantes de nodos e inician la segunda fase: interconectarlos, dentro y fuera del municipio.

De las más de 60 comunidades inalámbricas surgidas hasta el momento, de Pamplona a Palamós, pasando por Sevilla, la mayoría no cuenta con más de tres nodos operativos. La situación típica es: alguien del pueblo tiene una conexión ADSL y monta un nodo, al que se conectan cuatro o cinco conocidos, para comunicarse entre ellos o entrar en Internet. Fase de pruebas aún, cada vez más serias en las comunidades veteranas, como Zaragozawireless, que tiene ya una docena de nodos activos, aunque no cubren toda la ciudad.

Uno de los casos más meteóricos es el de la Asociación Canarias Redes Inalámbricas, que reúne a grupos de Tenerife y Gran Canaria. Nacieron en febrero y en agosto conseguían un récord mundial de conexión sin hilos: 70,5 kilómetros entre dos islas. "Hay mucha gente interesada, sólo en el weblog de Canariaswireless hay más de 500 registrados. Tenemos nueve nodos operativos en Tenerife, tres de ellos interconectados, y porque nos falta material, que si no... Para conectar todas las islas falta un año y medio, pero es cosa de meses hacerlo con Tenerife o Gran Canaria", explica Alejandro Cámara.

Sueñan con que el Gobierno canario les deje usar su ancho de banda y, mientras, los socios pagan una cuota de 10 euros, a cambio de acceso ininterrumpido y sin hilos a Internet. "Así no es una red tan libre, pero hay que pagar los costes, que esperamos lleguen a ser cero", dice Cámara. Funciona todo con GNU/Linux y los grupos de trabajo comparten especificaciones, para permitir la interconectividad no sólo entre ellos sino también con la Península, donde se siguen iguales normas, a la espera de la interconexión total. El nodo más aislado, con salida a Internet, está en Fuerteventura.

Parejo interés, por el mismo aislamiento, hay en los Pirineos. En la comarca del Pallars Sobirà, con la más baja densidad demográfica de Cataluña, se ha creado una asociación: IPyrene. Su impulsor, Josep Jordana, explica: "A finales de 1999 me dirigí al Comisionado de la Información para hablarles de la tecnología wireless y su posible aplicación en las zonas de alta montaña. He hablado con todos los presidentes de los partidos políticos de Cataluña y nunca han querido mojarse. El wireless representa para el Pirineo que un 70% de la población pueda acceder a las nuevas tecnologías".

Desinterés administrativo

El desinterés administrativo es una queja compartida por todos. En Barcelona capital, explica Pedro Larroy, "hay mucha ilusión de la gente por aprender y conectarse, pero las cosas van con calma. El factor económico es un motivo importante, ya que la principal fuente de financiación de las redes inalámbricas viene del bolsillo del usuario. Sería muy positivo ver entrar la iniciativa pública para cubrir lugares como plazas y jardines y vertebrar una Red de Área Metropolitana".

En Guadalajara, la ciudad con más nodos libres de España (15), confían más en los vecinos: "Las azoteas de casi toda la ciudad están cubiertas. Ahora sólo falta que en las comunidades de vecinos no pongan muchas pegas para subir equipos a éstas, que puedan servir de puente entre la red inalámbrica y los usuarios/nodos que haya en ese edificio", explica Jorge Ortiz, de Guadawireless. La red está interconectándose en pruebas con las de Madrid y Baleares, en el esfuerzo común llamado RedLibre, que pretende cubrir sin hilos todo el estado.

"Ya no quedan muchas provincias por formar su grupo local", se enorgullece Jaime Robles, de RedLibre. La instalación de nodos es otra historia: "En este momento, tenemos unos 30 funcionando a lo largo de toda España, muchos de ellos interconectados. Pero va despacio. Los problemas empiezan cuando toca gastarse el dinero, aunque ha habido un gran descenso de los precios del hardware. A la gente sigue costándole decidirse a poner el nodo, se asusta", afirma.

En los pueblos pequeños, van más rápidos. "Hace sólo unos días que estamos operativos y ya cubrimos buena parte de Olot (Girona). Pronto iremos a por los pueblos de la comarca que están sin posibilidades. Somos radioaficionados y llevamos cierta ventaja en las cuestiones técnicas. Creemos que el movimiento wireless tiene mucho futuro, no ya como acceso a Internet sino para crear un vínculo de comunicación gratuito y libre, entre la gente de a pie", explica Pere Espunya, de Olotwireless.

Uno de los últimos en unirse ha sido Salamancawireless: "Estamos a la espera de que venga el hardware de EE UU". Al igual que otros nuevos, se nutren de la experiencia de listas de correo como la de Madridwireless. "Aspiramos a cubrir toda Salamanca y Santa Marta de Tormes con unos 150 nodos. Pero el problema son los enlaces entre ciudades distantes. Para conectar toda España tendrá que enlazarse cada comunidad con la más próxima y éstas con sus vecinas, creando una red de túneles. Faltan al menos 10 años para verlo funcionando bien".

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