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Un informe de Medio Ambiente desaconseja la ampliación del puerto deportivo de Altea

Nuevas alegaciones al proyecto advierten de que dañará la flora marina

Sara Velert

La Consejería de Medio Ambiente aprobó en agosto la declaración de impacto ambiental de la ampliación en 546 amarres del puerto deportivo Luis de Campomanes de Altea tras analizar diferentes informes. En el cajón se quedó un estudio encargado para determinar la afección del proyecto sobre ecosistemas y especies amparadas por la Directiva Hábitat. El trabajo del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados concluye que el plan de nuevos amarres causará un grave impacto sobre la pradera de Posidonia oceánica y entra "en conflicto" con la normativa comunitaria.

La ampliación del puerto deportivo continúa reñida con la protección de la pradera de Posidonia, tras la segunda fase de exposición pública del proyecto, según las alegaciones presentadas por grupos ecologistas. El proyecto de Marina Greenwich, SA, prevé duplicar los amarres del puerto hasta alcanzar más de un millar y ha chocado desde el principio con los ecologista y otras organizaciones locales, que participaron en noviembre en la recogida de más de 1.000 firmas contra el plan.

A las objeciones conservacionistas se suma la evaluación negativa de un informe encargado por Medio Ambiente al Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea), organismo del CSIC y la Universidad de les Illes Balears: Un informe con vistas a decidir las zonas que integrarán la Red Natura 2000 de la UE.

El estudio, entregado en octubre de 2000, tras la primera exposición pública, aconsejaba no autorizar la ampliación porque "el área adyacente alberga una importante pradera de Posidonia oceanica, que se vería afectada de forma negativa por la ampliación del puerto, tanto por destrucción directa (unas 19 hectáreas) como por impactos de la construcción y operación del puerto".

Los autores del Imedea aseguran que las obras están "en conflicto" con una norma de protección de la propia Generalitat y la mencionada directiva comunitaria. La consideración sobre la normativa de hábitats naturales está relacionada directamente con las propuestas de los llamados Lugares de Interés Comunitario (LIC), una lista de espacios a proteger sugeridos por los estados miembros para integrar la futura Red Natura 2000. Así, en la lista de LIC que la Generalitat aprobó en julio de 2001 figura el área de Serra Gelada i Litoral de la Marina Baixa, donde está situada Altea. Sin embargo, según fuentes ecologistas, el LIC excluye la zona de playas y del puerto deportivo de Altea, y sitúa el límite del área a proteger a partir de los 10 metros de profundidad. El puerto deportivo se queda justo en los 9,5 metros, lo que no impedirá la degradación de la Posidonia y además contraviene las pautas establecidas por Bruselas sobre los LIC, alegan los ecologistas.

Según el análisis del Imedea, la pradera de Posidonia en las proximidades del actual puerto de Campomanes ocupa "una superficie considerable" de cerca de dos kilómetros cuadrados, con terrazas de dos a tres metros de altura, "las cuales desempeñan un papel fundamental" para evitar la erosión costera. Esta pradera, además, puede considerarse "como entre las mejor conservadas", resalta el estudio pero "podría entrar en regresión". Este ecosistema es el hábitat para la cría de más de 1.000 especies animales y 400 vegetales.

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La declaración de impacto ambiental de la consejería admite los perjuicios de la obra, pero ve suficiente la recomendación del Instituto de Ecología Litoral de Alicante de imponer al promotor un proyecto de restauración que implica "el trasplante de las matas de Posidonia oceanica"y de Pinna nobilis. También establece que las obras se realicen teniendo en cuenta la fase de crecimiento de esta fanerógama marina, en primavera-verano.

El mismo estudio de impacto

El proyecto de ampliación del puerto deportivo de Altea ha sido sometido dos veces a exposición pública, entre otros motivos porque existen varios informes de la Dirección General de Costas, con objeciones importantes, según Ecologistas en Acción. Costas, que ha reprochado al proyecto la falta de concreción y datos en relación con el impacto ambiental a la Posidonia y las playas cercanas, debe dar el visto bueno antes de que la Consejería de Obras Públicas apruebe el proyecto, una dársena portuaria de 12,6 hectáreas con tres diques nuevos, el mayor de 530 metros. Ecologistas en Acción, WWF-Adena y Acció Ecologista-Agró coinciden en sus alegaciones en que es inaceptable que el promotor no haya actualizado el estudio de impacto, que es el mismo que entregó para la exposición pública en 2000 y el que ha usado Medio Ambiente para dar su apoyo a la ampliación, pero que no corresponde con el proyecto reformado que se ha presentado ahora. La grave afección sobre la pradera de Posidonia centra otra objeción principal. Tampoco ven factible los ecologistas la propuesta de trasplantar Posidonia y resaltan la incongruencia de declarar el litoral de Altea LIC para la Red Natura 2000 con la salvedad interesada del puerto.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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