Suspendidas las elecciones de la cámara de regantes ganadas por los antitrasvase

Nueva cacicada en las tierras del Ebro. Esta fue la sensación ayer entre la población cuando se dio a conocer la noticia de la suspensión cautelar por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) de las elecciones a la comunidad de regantes de la izquierda del Ebro, celebradas el pasado 30 de octubre, en las que venció la opción antitrasvasista, encabezada por Lluís Pegueroles y José Pedro Castells, después de años de inmovilismo.

Es incomprensible para la población la actitud de la CHE, organismo público dependiente del Ministerio de Fomento, en defensa del presidente desbancado, Joel Bonet, a quien los antitrasvasistas acusan de ser un propagador de la venta de agua a cualquier precio. Más incomprensible todavía es la decisión del organismo regulador del río de otorgar de nuevo el poder a un presidente cuya gestión ha sido denunciada ante los juzgados de lo penal por la junta entrante por votos irregulares.

El vodevil en que se ha convertido la elección a la junta de la comunidad de regantes de la izquierda del Ebro se inició el pasado 30 de octubre, cuando la opción antitrasvase encabezada por el abogado Lluís Pegueroles y el empresario José Pedro Castells se hizo con la victoria en las elecciones y desbancó a Joel Bonet, que había detentado el poder desde 1979 y sobre quien pesaban más de una y de dos acusaciones de corruptela en los votos de los regantes.

La opción antitrasvase obtuvo 4.988 votos frente a los 4.272 presentados por Bonet. Era una cifra difícil de digerir para Pegueroles y Castells, quienes preveían, dado el clima social anti-PHN, una diferencia más elevada. Haciendo recuento se encontraron con viejos recuerdos: 587 votos eran del todo falsos, "espurios", dijeron los nuevos representantes de los agricultores. Rememoraron los ancianos rumores de regantes resucitados, de vivos que podían votar dos veces, de delegaciones de voto curiosas, de personas que acudían a votar limpiamente y se encontraban con que otro había votado por ellos. Restos de un sistema de votación decimonónico. Castells y Pegueroles, nuevos jefes del sistema de riego, recientemente elegidos, decidieron denunciar la situación ante el juzgado número 3 de Tortosa.

Aquí aparece lo curioso de la resolución de la CHE, que decidió retornar el poder a Bonet, "tal como estaba tres minutos antes de la votación del pasado 31 de octubre", según dijo uno de sus representantes, quien agregó que "la falsificación de los votos en dichos comicios podría representar un perjuicio a la comunidad".

El poder para el perdedor

El denunciado es el favorecido y el cazador, cazado. Así, Joel Bonet recupera, hasta que la CHE dicte su criterio, sin menoscabo al parecer de lo que diga el juzgado, el poder en la comunidad de regantes.

Desde la candidatura Castells-Pegueroles se recuerda que la CHE, según explica el secretario de la comunidad, Jordi Casanovas, no ha notificado su resolución y que "citan como causas para su dictamen que no han recibido un informe del secretario cuando sí se ha enviado y recibido. Esto es una suspensión de la soberanía popular".

Lluís Pegueroles explicó ayer que el silencio que ha mantenido la CHE (con la que ningún medio de comunicación pudo establecer contacto ayer) es habitual hasta el punto de que la propia candidatura contraria a Bonet no ha recibido comunicación alguna al respecto, lo cual les valida para continuar oficiando como valedores de la junta de gobierno de la comunidad y el sindicato de riegos del margen izquierdo del río.

La CHE dispone de dos meses para exponer su dictamen, hasta el 15 de febrero, y en caso de no poder pronunciarse ante las evidencias expuestas (gran parte del material electoral se encuentra en los juzgados por orden del titular del juzgado número 3 de Tortosa), el periodo puede alargarse hasta el 15 de mayo.