La oposición critica el nuevo modelo de urbanismo de Barcelona y lo compara con el de Bellvitge
CiU y el PP achacan al equipo de gobierno municipal falta de diálogo con los vecinos
La tipología arquitectónica de los edificios de Diagonal Mar y del escenario del Fòrum de les Cultures 2004 centraron ayer las críticas feroces de la oposición municipal en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona. El PP calificó de "Bellvitge del Besòs" el conjunto de edificios en construcción, que los populares consideran más cercanos a los modelos de ciudades americanas que a la tradición arquitectónica mediterránea. Convergència i Unió y el PP vapulearon también los proyectos vinculados al distrito 22@ del Poblenou, en especial el Eix Llacuna y el futuro centro de producción audiovisual que promueve el gobierno municipal. Estos dos casos, en opinión de ambos grupos municipales, ilustran el fracaso de gestión de algunos proyectos del sector del Poblenou que el consistorio ha reservado para los sectores de la nueva economía.
La comparación con Bellvitge, el otrora densificado barrio de L'Hospitalet de Llobregat y hoy una zona perfectamente urbanizada que dispone de todos los servicios, molestó al primer teniente de alcalde de Urbanismo, Xavier Casas, quien devolvió el golpe a los populares: "Sobre cómo se hizo Bellvitge, quizá ustedes saben más que nosotros".
La entusiasta defensa que tanto Casas como el socialista Francesc Narváez, concejal del distrito de Sant Martí, hicieron del desarrollo urbanístico que suponen para la ciudad los proyectos del Fòrum 2004, que comporta un esfuerzo inversor de 2.200 millones de euros, no convenció a la oposición. CiU y el PP criticaron la falta de diálogo con los vecinos del Poblenou afectados por algunas actuaciones, lo que ha motivado que proyectos como el del Eix Llacuna se modificaran tras la presión vecinal. CiU y el PP sostienen que estos conflictos se hubieran evitado también en otros puntos, como la plaza de Lesseps, de haberse propiciado la participación vecinal.
Proximidad electoral
El presidente del grupo de CiU, Joan Puigdollers, dijo que el proyecto de reforma de la plaza de Lesseps retirado costó seis millones de euros. CiU señaló que el gobierno municipal ganaría credibilidad y ahorraría dinero si negociara antes sus proyectos en lugar de modificarlos o retirarlos según el eco mediático que tienen las protestas vecinales.
El calor que desprendían las intervenciones de todos los portavoces municipales acusaba claramente la proximidad de los comicios electorales, que se celebrarán en 2003. De ahí que las acusaciones de incumplimientos sean una constante a medida que se acercan los comicios locales.
Respecto a la inseguridad ciudadana, CiU atribuyó el aumento de delitos y faltas en Barcelona a la política de personal de la Guardia Urbana. El representante de CiU lamentó que no se vean agentes en las calles. La responsable de seguridad, la edil Carme San Miguel, respondió que la situación en Barcelona "es mejor que en otras ciudades", en alusión a Madrid, que registra mayores niveles de delincuencia. Puigdollers le apostilló: "Se equivocan estrepitosamente negando el problema". San Miguel replicó con datos y explicó que el esfuerzo municipal en materia de seguridad ha tenido como reflejo el aumento del 20% en las detenciones en lo que va de año. En 2000 ha habido 5.214 detenciones, frente a las 4.238 registradas en 2001. En el presente ejercicio, la Guardia Urbana barcelonesa efectuó diariamente entre 22 y 23 detenciones.
La vivienda fue objeto de debate de manera continuada en el pleno de ayer. Mientras que el equipo de gobierno defendió lo mucho que se ha hecho en este ámbito, la oposición argumentó justo lo contrario. Xavier Casas citó las 800 viviendas vinculadas al Fòrum y las más de 3.000 en los barrios de La Mina y La Catalana, de las cuales el 40%, añadió el edil, serán de protección oficial. El responsable de Hacienda y Presidencia, Ernest Maragall, dijo que se están cumpliendo los compromisos y que en el presente mandato se levantarán más de 100.000 viviendas.
La venta de suelo público motivó también un agrio enfrentamiento. CiU acusó al gobierno municipal de vender siete veces más suelo público del que compra. "No sabemos dónde edificarán las viviendas que quieren levantar, pero suponemos que las harán en terrenos calificados como equipamientos", apostilló la edil de CiU Sònia Recasens. Ernest Maragall intervino para afirmar que la venta de suelo público lo que hace es "ponerlo adecuadamente, exportándolo a las zonas en crecimiento de la ciudad". "Obtenemos nuevo valor en operaciones como las de Renfe-Meridiana para que hagan viviendas de protección incluso en el centro de Barcelona", añadió.
Su explicación enervó al presidente del grupo de CiU, Puigdollers, quien afirmó: "No nieguen la evidencia. No hay ninguna administración que haya vendido tanto suelo como ustedes". El alcalde Joan Clos medió en la polémica para aseverar: "El Incasol [organismo dependiente de la Generalitat] ha vendido más". Los activos municipales, precisó Clos, se tienen que vender cuando conviene a la ciudad, pese a lo cual, admitió, el patrimonio público crece día a día por las expropiaciones y compras.
El consistorio aprobó por unanimidad el plan especial urbanístico de ordenación del antiguo Instituto Frenopático. Pese al malestar vecinal que este proyecto suscita en Les Corts, ayer no hubo debate al respecto. Unicamente ERC justificó su voto favorable - en el pleno del distrito se abstuvo- argumentando que se ha conseguido rebajar el techo edificable y soterrar la estación transformadora.
Con el voto contrario de los grupos de la oposición, el pleno de ayer aprobó las ordenanzas fiscales y el presupuesto del Ayuntamiento del 2003, que asciende a 1.638 millones de euros.
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