La diócesis de Vic, a la espera de cubrir la vacante del obispo Guix
La salud y la edad son los motivos que adujo el obispo de Vic, Josep Maria Guix, al anunciar su jubilación. Cumpliendo los deberes del derecho canónico, Guix presentó ayer la carta de renuncia, el mismo día en que cumplía los 75 años.
El obispo en activo más antiguo -"que no el más viejo", se apresuró a puntualizar- se retira de su cargo con el deseo expreso de llevar una vida "ignorada, discreta" y sin interferir en el trabajo de su sucesor. Un sustituto que cree que será catalán, "porque si no será una decepción y no se entendería demasiado en una comarca conocida por su catalanismo". Cada tres años la provincia eclesiástica propone tres posibles candidatos al nuncio español del Vaticano, quien traslada la elección a la Santa Sede. El relevo podría hacerse efectivo antes de Pascua.
Guix también se refirió a la polémica pastoral de los obispos españoles sobre terrorismo y nacionalismo. Según él, muchos obispos, sin contar los catalanes y los vascos, hubieran preferido votar por separado las dos cuestiones.
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