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Dos etarras que llevaban a Madrid un coche bomba matan a un guardia civil

Los dos terroristas fueron detenidos, uno en el tiroteo y el otro en San Sebastián

Una pareja de la Guardia Civil sospechó, a las 15.50 de ayer, de un coche parado en la salida 36 de la A-6, dirección Madrid, junto al carril de aceleración y a la altura del término municipal de Collado Villalba (Madrid). El agente Antonio Molina Martín, de 27 años, y su compañero Juan Aguilar Osuna, de 26, se acercaron al vehículo, ocupado por dos personas. Cuando Molina saludó al conductor, los terroristas abrieron fuego. Con el agente herido de muerte, su compañero se defendió a tiros. Uno de los etarras, herido, le alcanzó con dos disparos antes de caer al suelo. El otro huyó a la carrera y fue capturado anoche en San Sebastián.

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A punta de pistola, el terrorista, identificado como Jesús María Etxeberria Garaikoetxea, secuestró a una conductora en la misma carretera A-6 para continuar su fuga en un Renault Clio. Tras 30 minutos de huida, el etarra liberó a la propietaria del vehículo y prosiguió su camino hasta Valladolid, donde abandonó el coche. Anoche fue detenido poco después de llegar a San Sebastián. Por su parte, el terrorista herido en el tiroteo y capturado en Madrid fue identificado como Gotzon Aramburu Sodupe, un liberado (a sueldo) de la banda relacionado con el comando Vizcaya. Tras acordonar la zona, los especialistas en desactivación de explosivos pusieron un cebo al vehículo de los etarras, un Ford Escort, para descubrir si contenía alguna bomba. El primer fogonazo dio paso a una tremenda explosión que confirmó la sospecha.

El vehículo había sido robado en Francia, tenía matrículas falsas y guardaba 50 kilos de explosivos, según los primeros cálculos de las fuerzas antiterroristas.

ETA ha asesinado en lo que va de año a cinco personas, incluido el agente Antonio Molina, y ha herido a 90 personas. La banda cometió su último atentado mortal el 24 de septiembre pasado.

<b>PRIMERO UN FOGONAZO, LUEGO UNA TREMENDA EXPLOSIÓN.</b> La Guardia Civil sospechó que el coche abandonado por los etarras contenía explosivos. Por ello, acordonó la zona y puso un cebo al vehículo. Al primer fogonazo siguió una tremenda explosión (en la foto). El coche escondía 50 kilos de explosivos.
PRIMERO UN FOGONAZO, LUEGO UNA TREMENDA EXPLOSIÓN. La Guardia Civil sospechó que el coche abandonado por los etarras contenía explosivos. Por ello, acordonó la zona y puso un cebo al vehículo. Al primer fogonazo siguió una tremenda explosión (en la foto). El coche escondía 50 kilos de explosivos.EFE

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