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Operación policial contra la inmigración ilegal y el proxenetismo

164 personas, detenidas en cuatro redadas simultáneas en Madrid y Parla

La policía detuvo ayer a 164 personas supuestamente relacionadas con la inmigración ilegal, el proxenetismo y el tráfico de mujeres. La mayoría de los detenidos fueron hombres. La operación se realizó simultáneamente en la calle de la Montera, en la Casa de Campo, en una tienda de Villaverde y en un domicilio de Parla. Los agentes han desarticulado durante este año unas veinte redes de inmigración ilegal y prostitución procedentes de Nigeria y países del Este.

El dispositivo comenzó sobre las cuatro de la tarde. Durante dos horas, decenas de policías se distribuyeron por la Casa de Campo y por Montera. Los agentes pararon a los viandantes, sobre todo a los que tenían aspecto extranjero, y les pidieron la documentación. Los que acreditaban su situación legal en España pudieron continuar su camino. Los que no, pasaron a engrosar el grupo de detenidos en la operación: 164 personas, según informó la Dirección General de Policía, fueron introducidas en furgones y trasladadas a dependencias policiales.

Las otras dos redadas se realizaron en una tienda de Villaverde y en un domicilio de Parla. En esta localidad, los agentes arrestaron a cuatro nigerianos, dos hombres y dos mujeres. Estas últimas eran obligadas a ejercer la prostitución en la Casa de Campo. Con objetos para practicar vudú que fueron encontrados por los policías, los hombres amedrentaban a las mujeres, que se sentían amenazadas y obligadas a prostituirse. Otros dos subsaharianos fueron detenidos en una tienda de objetos africanos situada en el número 71 de la calle de Villajoyosa (Villaverde). Los dos arrestados utilizaban supuestamente el establecimiento como tapadera de una red de prostitución, según la versión policial.

Mientras tanto, los agentes identificaron y detuvieron a centenares de personas en la Casa de Campo y en la calle de Montera (Centro), lugares de trabajo habituales de las meretrices. Sobre las seis de la tarde, en la esquina de la calle de Jardines con Montera, unos treinta hombres y cinco mujeres esperaban a ser introducidos en los furgones. Una veintena de agentes cortaron al tráfico la calle de Jardines para que pudieran entrar los vehículos policiales, contribuyendo al caos circulatorio de la zona.

Los detenidos se resguardaban de la lluvia bajo los techos de las casas con cara de resignación y, pacíficamente, se metían dentro de los furgones sin protestar. A las 18.30, cuatro coches se habían llevado a los 35 arrestados, de diferentes nacionalidades: suramericanos, subsaharianos y orientales.

Entre los detenidos había personas que no se dedican al negocio de la prostitución, según denunciaron algunos. Cindy, una ecuatoriana que vive cerca de la calle de Montera, afirmó que entre los arrestados se encontraba su hermano. "Yo sí tengo papeles, pero él no. Por eso se lo han llevado, porque se los han pedido y no tenía", aseguró. "Pero me han dicho que no me preocupe, que lo van a soltar pronto".

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María Teresa, otra ecuatoriana de 24 años, se vio sorprendida por la policía cuando caminaba por esa calle. Según dijo, no se dedica a la prostitución, sino que limpia en una casa. "Yo trabajo cerca de la parada del metro de Iglesia [línea 1], y he tenido que venir aquí a hacer unas compras. Libro los jueves y los domingos, pero hoy [por ayer] le he pedido permiso a la dueña de la casa para comprar por aquí unas cosas que necesitaba. La policía me ha pedido los papeles, pero como no tengo, me han detenido".

Durante este año, los agentes han identificado a medio millar de mujeres que ejercían la prostitución, de las que sólo "una pequeña parte" formularon una denuncia contra sus proxenetas.

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