Testimonios de la Guerra de la Independencia

Cuando William Jacob, político y comerciante británico, desembarcó en Cádiz en 1809, España llevaba un año en guerra luchando por su independencia contra las tropas napoleónicas. Andalucía todavía estaba libre de los ejércitos franceses, derrotados en la batalla de Bailén un año antes. Jacob llegó con la misión de reunirse con el embajador británico, el marqués Wellesley, en negociaciones en Sevilla con la Junta Central para coordinar la lucha conjunta contra los franceses.

Estas Cartas, concluidas en 1810, son el testimonio de lo que Jacob vio a su paso por Sevilla, Cádiz, El Puerto, Lebrija, Jerez, Chiclana, Alhama, Granada, Marbella, Estepona, El Torcal y San Roque. En esta obra, con traducción e introducción de Rocío Plaza Orellana, Jacob retrata el enrarecido ambiente político que marcaba las relaciones entre el Gobierno español y su aliado inglés y las estrategias que el pueblo desarrolló para olvidarse de los desastres de la guerra. Convencido de que España ganaría la contienda, ya en Londres, en 1811, escribió: "Ha transcurrido un año desde que dejé España y, durante este periodo, la Península ha continuado exhibiendo el singular espectáculo de una nación pequeña, en cuanto a su población, débil en recursos, y desprovista de esa reputación guerrera que distinguía a las monarquías de Austria y Prusia, oponiéndose al progreso de Francia, controlando al conquistador en medio de sus triunfos ampulosos, y manteniendo en suspense su poderoso proyecto de dominio universal".

Desde militares y políticos a clérigos, mujeres y niños de toda Andalucía son los protagonistas de estas cartas que compartiría con su familia. La traductora, especializada en la historia de los espectáculos en Andalucía y en la literatura de viajes románticos, es autora del libro El flamenco y los románticos y del estudio introductorio de Los Zincali, de Georges Borrow.