Los favoritos del Proyecto Corto, en Canal +
Un chaval ávido de sexo, unas marujas enganchadas a la ruleta rusa y los efectos de las drogas en sus consumidores. Tres historias diferentes para tres cortos ganadores. Dos por decisión popular y uno a juicio de la crítica. En malas compañías, de Antonio Hens, y Ruleta, de Roberto Santiago, han sido elegidos por la audiencia como los dos mejores candidatos del Proyecto Corto, una iniciativa de Canal + que desde 1997 incentiva, cofinanciando su producción, los filmes de este género. La crítica, por su parte, ha escogido Paraísos artificiales, de Achero Mañas. Un trío completamente opuesto en sus planteamientos y su realización, pero que tiene en común su calidad y su excepcional factura formal. Los tres cortos se emiten hoy, en abierto y a las 19.00, dentro de Proyecto Corto: los ganadores, un resumen de la labor en la que el canal de pago ha invertido hasta ahora 354.000 euros.
En malas compañías (2000), del cordobés Antonio Hens, describe con realismo y algo de dureza la homosexualidad de su protagonista, el promiscuo Guillermo, un adolescente de 16 años que lleva una vida sexual algo peligrosa, hasta que sus padres le descubren. Sólo la aparición de un veinteañero interesante calmará la sed de aventuras de Guillermo. El director, que contó con Israel Rodríguez y Pablo Puyol (Un paso adelante) como protagonistas, prepara actualmente su primer largometraje: Chico nuevo en la ciudad.
"Ruleta fue la clave de mi salto a la dirección de largos". El realizador madrileño Roberto Santiago dedicó hace cuatro años 24 meses de su vida a la producción de esta comedia negra -interpretada por Aitana Sánchez-Gijón, Mirtha Ibarra ("vino especialmente desde Cuba a rodar conmigo") y Loles León, entre otras-, que muestra las interioridades de una reunión de amas de casa aficionadas a cotorrear acerca de sus problemas... y a jugar a la ruleta rusa. "El corto fue seleccionado a concurso en el Festival de Cannes. Así conseguí diversas ofertas para hacer un largometraje, que se concretaron en Hombres felices (2001). Lo que más recuerdo fue mi pánico en el rodaje: es que estaba rodeado de tan buenas actrices...". Estos días, Santiago finaliza la escritura de su nueva película.
Cuando el madrileño Achero Mañas rodó Paraísos artificiales (1998), el cineasta ya poseía un Goya al mejor corto de ficción por Cazadores. "Tras el premio recibí varias ofertas para saltar al largo, pero sabía que aún tenía que madurar. Paraísos artificiales fue mi afirmación en la industria", asegura su creador. El corto muestra el efecto de diversas sustancias estupefacientes en dos chavales. "Yo quería que el público viera el efecto físico y psíquico del proceso. Luego, que cada uno saque sus conclusiones morales. Creo que así ha sido, porque la gente conservadora dice que apoyo la liberalización del consumo y los más liberales me echan en cara que es un filme en contra de las drogas". A pesar de sus diversas localizaciones y formatos, el rodaje de Paraísos artificiales no fue complicado. "Sólo se hizo cuesta arriba la última secuencia, cuando Andrés Gertrúdix, el protagonista, aparece crucificado en una jeringuilla de seis metros bajo el madrileño Arco de Moncloa. Hacía muchísimo frío y Andrés lo pasó fatal", recuerda Mañas mientras se dedica estas semanas al montaje de su segundo largometraje, Noviembre.
El trío de cortos formaba parte de los cuatro programas que reunieron hace dos semanas los 12 mejores filmes nacidos de Proyecto Corto. Los espectadores realizaron su selección a través de mensajes SMS, y En malas compañías obtuvo el 22% de los votos de los espectadores, Ruleta el 12% y Paraísos artificiales el 11%.
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