El alcalde y el ex regidor de Corpa se cedieron suelo público a sí mismos
El Ayuntamiento les entregó 22.000 metros cuadrados de terreno para viviendas públicas
El anterior alcalde de Corpa, el socialista Florencio Plaza, decidió en 1998 ofrecer viviendas baratas para atraer a más vecinos (hoy tiene 444). Para ello eligió a la cooperativa La Olivilla, de la que formaban parte su esposa; el actual alcalde, el socialista Guillermo Cózar, entonces concejal; los hijos de otros dos ediles socialistas de la anterior legislatura y dos ediles del PSOE de la actual. Plaza cedió a la sociedad 22.000 metros para 37 viviendas protegidas, pero sólo fueron edificados 10 chalés de entre 270 y 330 metros, en su mayoría para personas cercanas al PSOE.
La cesión gratuita del terreno a la cooperativa, de la que formaban parte otras cuatro personas, entre ellas la hermana de una de las actuales concejales del PSOE, se realizó en febrero de 1998. A cambio, La Olivilla asumía la obligación de urbanizar toda la parcela (aplanar el terreno, situado al borde de un barranco, hacer calles, asfaltar) y construir un colector, una obligación cuyo valor se calculaba en unos 240.000 euros.
La cesión de los 22.000 metros cuadrados (37 parcelas de entre 300 y 500 metros cuadrados) fue votada por unanimidad en un pleno, con lo que tanto el entonces alcalde, Florencio Plaza, como el actual regidor, Guillermo Cózar, votaron a favor de la cesión de un terreno sobre el que ellos mismos iban a edificar, puesto que la esposa de Plaza era cooperativista, y Cózar, también. En total, votaron a favor cinco ediles del PSOE y dos delPP.
"Cuatro familias"
"Por ley y por sentido común, tenían que haberse abstenido, porque tenían un interés directo en el asunto", asegura Sebastián García, portavoz del PP. Pero el actual regidor mantiene que la decisión de no abstenerse se debió a que son "cuatro familias en el pueblo". "Si cada vez que hay algún familiar implicado tuviéramos que abstenernos, no se tomarían decisiones", añadió.
El terreno fue cedido con el objetivo de que La Olivilla levantara viviendas protegidas para ciudadanos con pocos recursos, según las escrituras de la cesión, otorgadas el 6 de mayo de 1999. Para acceder a estas viviendas, los adjudicatarios tienen que tener un nivel de renta bajo y las casas no pueden destinarse a personas que ya posean una vivienda propia. Pero una de las cláusulas que introdujo la cooperativa permitía a aquellos que sí la tuvieran pedir una de las futuras casas, siempre y cuando vendieran la primera antes de la entrega de llaves. "Eso es inadmisible, a menos que la casa en la que se viva fuera una infravivienda, porque las casas sociales están destinadas a personas que no pueden acceder a una casa", señalan desde la Comunidad.
Las viviendas protegidas tampoco pueden superar los 150 metros cuadrados. Sin embargo, los chalés que levantó la cooperativa tienen tres plantas y entre 270 y 330 metros cuadrados construidos. Los planos del proyecto urbanístico señalan que sólo la primera planta está habilitada como vivienda, y ésta mide entre 85 y 110 metros cuadrados. Pero el garaje (en el sótano) mide más de 90 y cuenta con buhardilla. Para el alcalde Cózar, sin embargo, tanto el garaje como la buhardilla son "sólo trasteros".
Sobre los 22.000 metros cuadrados que el Ayuntamiento cedió a la cooperativa, sólo fueron construidos 10 chalés, uno para cada uno de los cooperativistas que quedaban. Según Cózar, la cooperativa había intentado captar a más gente, pero los interesados se fueron retirando porque consideraron que el precio de las viviendas iba a ser demasiado elevado. Finalmente, y "por casualidad", sólo quedaron 10 personas, seis de ellas relacionadas con el Ayuntamiento o con el PSOE. Sólo ellos consiguieron una de las viviendas, por la que pagaron, según el Registro de la Propiedad y los datos de la hipoteca, entre 70.000 y 84.000 euros. Pero tanto, el alcalde, como otros dos cooperativistas, aseguran que pagaron entre 110.000 y 120.000 euros.
Una vez construidos los 10 chalés, y al no haber más socios para los que hacer viviendas, a La Olivilla le sobraban 27 parcelas de las 37 que el Ayuntamiento le había cedido. Pero en lugar de devolver el terreno sobrante al Ayuntamiento, que había sido entregado gratuitamente para que los cooperativistas hicieran sus viviendas, La Olivilla cedió las parcelas públicas a una empresa privada. Pero ésta lo revendió a otra sociedad por 136.000 euros, y hoy está construyendo chalés de 294 metros cuadrados, que vende por 162.000 euros.
"Es injusto que una empresa haya acabado enriqueciéndose con los tererenos del pueblo", recuerda García, cuyo grupo votó a favor de la cesión, pero contra la que ahora ha interpuesto un recurso porque "no se ha respetado el objetivo inicial: dar viviendas baratas a los vecinos de Corpa".
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