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Miembros del Consejo de Seguridad critican a EE UU por apropiarse del informe iraquí

El documento ofrece datos sobre las empresas y Estados que han armado a Irak

La decisión de Estados Unidos de apropiarse del informe iraquí sobre armamento con la excusa de fotocopiarlo con las debidas medidas de seguridad ha despertado un gran malestar en el Consejo de Seguridad, especialmente entre los 10 miembros no permanentes que sólo tendrán acceso a una versión edulcorada de la declaración. El jefe de los inspectores, Hans Blix, aseguró ayer que espera tener un primer análisis del programa de armamentos iraquí el 19 de este mes. El primer vistazo parece indicar que se trata de información antigua.

Hacer fotocopias "es un simple favor que le hacemos a los otros países", dijo el embajador estadounidense ante la ONU, John Negroponte, después de que Washington lograra convencer a Colombia, presidente este mes el Consejo, de cederle una de las dos copias originales entregadas por Bagdad el pasado sábado, y distribuirla al resto de los miembros permanentes: Rusia, Francia, Reino Unido y China.

Las casi 12.000 páginas de documentos y varios CD-ROM están siendo analizadas en el piso 31 del edificio de la ONU por el equipo de especialistas de la agencia de desarme (Unmovic). Mientras, en Washington, probablemente en la sede de la CIA, los expertos estadounidenses también han empezado a sacar sus propias conclusiones.

La excusa esgrimida para dividir al órgano decisorio de la ONU es que sólo los cinco permanentes tienen "experiencia suficiente para evaluar el riesgo de una posible proliferación y otra información delicada", asegura Colombia. "Hay un gran malestar entre los miembros del Consejo. Es obvio que EE UU quiso tener acceso al documento para obtener un margen de ventaja y no para ayudar a expurgarlo como aseguró en un principio. Esto va en contra del trabajo de los inspectores", dijo airado un diplomático de uno de los países no permanentes.

El viernes, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, decidió no esperar a que Blix analizara el documento, como estaba previsto, y dedicó todo el fin de semana a llamar a sus homólogos del Consejo. Powell convenció incluso al ministro de Exteriores mexicano, Jorge Castañeda, para que telefoneara a Blix y tratara a su vez de convencerle. "Estas decisiones se tomaron en las capitales sin pensar en el Consejo", aseguró otra fuente diplomática.

"No estamos molestos por la decisión. El Consejo de Seguridad es el árbitro", dijo el portavoz de Unmovic, Ewen Buchanan, aunque reconoció que las previsibles filtraciones a la prensa complicarán el trabajo. "No buscamos que se arme tanto revuelo. Informaciones que han aparecido ahora sobre que Irak intentaba fabricar una bomba sucia (que usa material nuclear sin detonarlo) no son nuevas. Estaban consignadas en un informe de diciembre de 1995". La OIEA (la agencia para la energía atómica) ya ha asegurado que, tras un primer vistazo, la información de los iraquíes parece antigua.

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Por ahora sólo se han hecho públicas nueve páginas de sumario que indican a grandes rasgos su contenido. La parte dedicada al sector químico, con 118 páginas, incluye detalles referentes al periodo posterior a 1998. Un anexo, con 841 páginas, describe las plantas o empresas que fabrican productos de doble uso (militar y civil) .

La declaración sobre el capítulo biológico consta de 528 páginas, donde se incluyen más de 100 con preguntas y respuestas que los anteriores inspectores realizaron en 1998. Casi la mitad de las 1.200 páginas relacionadas con misiles balísticos se refieren a los proyectos iraquíes en marcha. Otro capítulo contiene información sobre detalles de 11 proyectos de misiles y en él se aportan datos sobre relaciones "con otros Estados, compañías, establecimientos o principales proveedores", posiblemente extranjeros.

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