La salida de Josep Vilarasau de la presidencia de La Caixa desata una tormenta política en Cataluña

Los malabarismos del Gobierno catalán para tutelar el relevo en la cúpula de las cajas de ahorro a través de la Ley Financiera, la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de la Generalitat e "instrucciones" enviadas a los presidentes de las cajas catalanas desataron ayer una auténtica tormenta política. El núcleo de la tormenta es la salida de Josep Vilarasau de la presidencia de La Caixa, tercera entidad financiera de España.

El consejero de Economía de la Generalitat catalana, Francesc Homs, y el diputado de CiU Marià Curto salieron al paso de las críticas de "intervencionismo" y de "politización" vertidas por la oposición. "Las cajas no están sometidas a la intervención política", enfatizó Homs, que añadió que la sustitución de Vilarasau (previsiblemente por el consejero de la entidad y presidente de Aguas de Barcelona, Ricard Fornesa) "debe decidirla la entidad". La Generalitat "no pondrá vetos".

En las filas nacionalistas y socialistas levantó ampollas la acusación abierta de los independentistas de ERC sobre un supuesto "pacto político vergonzante" por parte de CiU y PSC para controlar los consejos de las cajas y de "consultas" para que Fornesa releve a Vilarasau. Ambos partidos desmintieron este pacto, aunque unos y otros elogiaron la candidatura de Fornesa, estrecho colaborador de Vilarasau, al que ayer agradeció su gestión el Rey durante la entrega de las becas de estudios en el extranjero de la Fundación La Caixa. La entidad "sabrá reponer a un hombre de su talla", dijo don Juan Carlos.

La posibilidad de que Vilarasau siga al frente de la Fundación La Caixa contará con la oposición de los consejeros de CC OO, según declararon éstos a Europa Press. El último movimiento de la Generalitat ha sido volver a dejar manos libres a los consejos de las cajas para elegir a sus presidentes. Antes había predeterminado quiénes debían sustituirles si dejaban el cargo por anticipado.