Espías y enigmas
Mila Beldarráin ha cambiado el espacio medieval y exótico de la novela que le dio un impulso a su labor literaria (Oria, la Sultana Vascona, 1994), y el tiempo de la Ilustración (Petriquilla, Graciosa y el Verdugo Negro (de San Sebastián a Madrid en diligencia), 1995, y El examen, Petriquilla en Madrid, 1995) por la segunda guerra mundial y el tiempo de los nazis.Enigma, su última novela combina el género histórico con la novela de aventuras y describe una escenografía plural, en la que se mezclan espías ingleses, que viven en el ambiente franquista de Donostia, republicanos españoles en París, la resistencia francesa, oficiales polacos, contrabandistas vascos, judías que se alistan en la resistencia antifascista, y mujeres de mala vida y buena nota, que hablan en caló. Un mundo plural, para la escenificación de una aventura: el paso a territorio libre de la máquina Enigma, que permite la descodificación de los mensajes en clave del ejército de Hitler.
Enigma
Mila Beldarráin Editorial Erein, Donostia, 2002, 254 páginas,
La novela describe, por tanto, un mundo plural, con muy diferentes hilos que permiten diseñar una historia de aventuras. Beldarráin quiere crear un fresco muy ambicioso, a veces con sonido de cinemascope, donde las trayectorias vitales de los personajes, a veces tan planos que puede atisbarse el sesgo que tomará su derrotero, crean una aventura en la que se pretende atrapar al lector.
Como suele ser normal en estas novelas, la aventura misma, la narración de la aventura, es la consideración fundamental por la que transita la escritura, y a ella se atiene la autora, rebajando otras consideraciones narrativas como la encarnadura de los personajes. La autora combina, como no podía ser de otra manera, la gran historia, la relación de los acontecimientos cruciales de la toma de París, con la pequeña historia, con la visión desde abajo, desde las clases populares de los acontecimientos históricos que viven.
En ese juego de espejos, se sitúa la peripecia fundamental de la historia: salvar la máquina Enigma, a cuya descripción se encomienda con esmero la documentación recogida para la escritura del libro.
Estamos ya ante una novela histórica que sabe que debe contar una peripecia, que puede ser conocida previamente por algunos de los lectores, por lo que la autora trabaja aspectos especiales en su novela, como el tratamiento de las figuras femeninas, o la inserción de una bibliografía final, que muestra el sentido de la narración, que bascula entre la novela y el guión cinematográfico.
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