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Una joven salta de un segundo piso para huir de las palizas de su novio

El hombre dijo que la golpeó porque estaba embarazada de otro

Esther Sánchez

Una joven cubana, de 21 años y embarazada de cinco meses, saltó en la madrugada del sábado desde un segundo piso, en el número 123 del paseo de las Delicias, para huir de su pareja cuando la golpeaba. Se descolgó por los canalones hasta llegar a un patio interior. Presentaba un golpe en la cabeza, contusiones en el tórax y una posible fractura del brazo. Su compañero, L. B. T., de nacionalidad rumana, fue detenido.

La madrugada del sábado se convirtió en un infierno para una joven cubana, embarazada de cinco meses, que vivía junto a su pareja, de nacionalidad rumana, y un amigo desde el pasado mes de junio en el número 123 del paseo de las Delicias.

Su novio comenzó a golpearla en el interior de la vivienda, hasta que la chica, ante la violencia de la paliza, decidió abandonar la casa por la única vía de escape posible: una ventana que daba a un patio interior. La policía detuvo posteriormente al novio, que declaró que tenía todo el derecho para golpear a la mujer porque estaba embarazada de otro.

"Se descolgó agarrándose como pudo por las tuberías del gas y los desagües, hasta que saltó al piso de abajo. Una vez allí, unos vecinos le abrieron la ventana que da a un pasillo que desemboca en el portal. Desde allí alcanzó la calle. Iba corriendo cuando los sanitarios del Samur-Protección Civil llegaron a la zona alertados por los vecinos. Fuentes de este servicio indicaron que la chica presentaba un golpe en la cabeza, contusiones en el tórax y un brazo presumiblemente roto.

La bronca empezó antes de las dos de la mañana. "Se empezaron a oír gritos y golpes en la puerta, porque el chico estaba fuera de la vivienda y la mujer dentro", explica un vecino. Finalmente, la mujer decidió abrir y permitir que entrara en la casa. Entonces empezó la paliza.

"Yo oía desde mi dormitorio la voz de la chica pidiendo que no le pegara más", continúa el vecino, un ciudadano ecuatoriano, que no acudió en su auxilio debido al carácter violento de la pareja de la chica. "Un día bajó el vecino de arriba para que dejaran de hacer ruido. La contestación fue que si le denunciaba le rajaba", se excusa el vecino.

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"Además", continúa, "la situación era habitual, se pasaban la vida discutiendo y golpeándose mutuamente. Yo he visto en muchas ocasiones a la chica con moratones en la cara y a él con cortes en los brazos". Pero esta vez, la joven no aguantó la paliza como en otras ocasiones y decidió escapar.

"No saltó al vacío, fue descolgándose por los canalones hasta que pudo saltar", cuenta otro de los testigos. Los vecinos del inmueble mantienen que las peleas en la pareja eran continuas. "Yo sabía que un día pasaría algo, porque bebían mucho y siempre acababan igual, a golpes", concluye otro de los inquilinos.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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