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Carmen París reivindica el valor de la jota en la fusión étnica

La cantante y pianista reedita 'Pa' mi genio' en un doble compacto

Diego A. Manrique

Carmen París Mondaray (Utebo, Zaragoza, 1966) se ha dado a conocer con Pa' mi genio, un disco que introduce la jota aragonesa en las estructuras de la fusión de músicas étnicas. Se trata de un trabajo rompedor que ahora se relanza con un disco compacto extra, que incluye la primera versión grabada de aquellas canciones, hechas en 1999 con Chano Domínguez y músicos que provienen del entorno del jazz.

La cantante recuerda lo que le dio la idea del experimento: "Me quedé fascinada por lo que hizo Chano con Martirio en Coplas de madrugá y pensaba que mis canciones podían tener el mismo tratamiento". La intérprete ofreció el disco grabado con Chano Domínguez a diferentes compañías. Un encuentro con el productor Miguel Ángel Arenas, Capi, y la recomendación entusiasta de Alejandro Sanz, permitieron que se abrieran las puertas de Warner Music Spain. "Querían la idea y mis canciones, pero preferían un envoltorio más eléctrico. Las regrabé con el productor Larry García y Gonzalo Lasheras. Es lo que ahora presento en mis conciertos, con un quinteto de músicos bilbaínos".

Cuenta Carmen París que vive de la música desde los 17 años, cuando se unió a una orquesta verbenera: "¡La Orquesta Jamaica! Cantar éxitos cuatro o cinco horas cada noche es duro, pero también te da un conocimiento de toda la música popular, desde la rumba flamenca al pasodoble. Lo demás lo aprendí por mi cuenta, aunque también acudí al Conservatorio hasta que me echaron por dedicarme a músicas que les parecían frívolas. Luego ha habido montajes de cabaret, como Carmen Lanuit, de Alfonso Plou, espectáculos colectivos como Entre nos y otras, Lorca en el teatro, música renacentista, lo que se te ocurra".

Lo de la jota es vocación antigua: "Mi padre me enseñó muchas jotas, pero una vecina me recomendó que no me dedicara a ellas si quería ser cantante profesional. Y tenía razón: la jota al estilo aragonés supone un gran esfuerzo para las cuerdas vocales. Lo retomé para un proyecto de Antonio Canales y Miguel Ángel Berna para un espectáculo de danza que fundiera flamenco y jota. No salió adelante, pero vi que la jota podía viajar y mezclarse con otras músicas. De hecho, hay jota en el flamenco, claro, pero también en muchos estilos hispanoamericanos. Es un tesoro que no damos a conocer, quizás por la falta de autoestima de los aragoneses".

La apuesta valió la pena: "En Zaragoza me han felicitado desde Labordeta a señoras desconocidas, que me paran por la calle y me dicen que no les gusta mi pelo pero que les encanta mi disco. Había como un deseo latente de que la jota evolucionara, aunque nadie se atrevía o no se encontraba la fórmula. Incluso los joteros clásicos aceptan Pa' mi genio. Y eso que la jota despierta pasiones tremendas, con rivalidades feroces. Esos versos que recojo en Porque quiero: 'No tiréis piedras, cobardes / que el tirar es cobardía / me pongo a cantar la jota / porque la guitarra es mía', están basados en incidentes reales".

Carmen París, en una imagen promocional.
Carmen París, en una imagen promocional.
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