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Reportaje:

Convivir con la bacteria

Los sucesivos brotes de legionela en Alcoy relativizan la preocupación de los vecinos ante la enfermedad

En 1999 las poblaciones de Alcoy y Cocentaina comenzaron a ser conscientes de una situación epidemiológica que dura ya tres años. Siete brotes y cerca de 200 contagios en este tiempo han hecho pensar a ciudadanos como Javier Gómez que en Alcoy existe un "hecho diferencial" que ha hecho persistente la legionela. "Existe una norma, se están tomando medidas y los casos se repiten ¿qué es lo que falla?", se preguntaba estos días este empleado de banca.

Los expertos que la Consejería de Sanidad ha dispuesto para solucionar este problema y resolver cuestiones como la que se plantea este ciudadano creen que los tratamientos que se están aplicando a las instalaciones de refrigeración de las empresas de Alcoy y Cocentaina, donde se han localizado los focos de infección, han podido perder eficacia. "Es posible que la bacteria se haya adaptado ante la repetición en el tiempo de los tratamientos de biocidas que se aplican a los aparatos de refrigeración", trataba de explicar esta semana el director general de Salud Pública Manuel Escolano, a los integrantes de Consejo de Salud del Area de Alcoy, ante la continua repetición de brotes y casos.

Escolano, que ha sido la cabeza visible de la investigación de estos brotes, anunció también esta semana medidas más drásticas para combatir la legionela como la puesta en marcha de una auditoría, a cargo de la Consejería de Sanidad, para identificar el nivel de riesgo de las instalaciones a fin de conocer el nivel de actuación que precisan cada una de las 298 instalaciones detectadas en las 120 empresas censadas en Alcoy desde 1999. Para ellas se han anunciado estos días ayudas para que cambien sus sistemas de refrigeración y evitar así que la bacteria se acantone.

Empresarios como Juan Ignacio Sanz, portavoz de la Asociación Comarcal de Empresarios Textiles, que conocía esta semana estas ayudas, no escondía el desconcierto que comparte el colectivo ante la aparición de los brotes y hacia patente la protesta por la imagen de culpabilidad que se había ofrecido de los industriales y reiteró los empresarios están invirtiendo mucho dinero (unos 6.000 euros anuales de media) para tener en regla sus instalaciones.

Los cambios en la estrategia para combatir el avance de la legionela, que encarecerán el proceso, han hecho pensar a Carmen que con todo este asunto Alcoy está viviendo "su particular marea negra". "Salvando las distancias aquí como en Galicia, parece que los políticos sólo actúan cuando no hay más remedio. Llevamos tres años con la legionela, ha habido muchos enfermos, muertos y da la sensación de que es ahora cuando están empezando a ponerse fuertes con las empresas para ver si cumplen o no con las desinfecciones", replicaba esta peluquera de Cocentaina, cuya madre estuvo ingresada hace un año por la legionela.

No todos se muestran en Alcoy y Cocentaina tan tajantes como Carmen o Javier. La mayoría ha aprendido a convivir con la bacteria. "Alcoy es una ciudad industrial esto es consecuencia de la actividad de las fábricas" razona Teresa, que trabaja de cajera de un supermercado, cuando se le preguntaba si le preocupa la situación. "No me gusta el enfoque se le está dando al problema. Tengo amigos que viven fuera y me preguntan si he cogido la legionela. Como si salir a pasear por Alcoy fuera un riesgo", añadía. "Visto desde fuera se ve más grave. Mucha culpa la tienen los políticos, que han utilizado el problema para desgastarse y los medios de comunicación que les habeís seguido el juego", contestaba un cliente, Nestor, jubilado de 64 años.

Con opiniones como la de Nestor la sensación de alarma en Alcoy ha ido desinflándose. La crisis que se vivió en noviembre de 2000 no ha vuelto a repetirse. Alcoy se enfrentaba entonces al brote más virulento de legionela y la población vivió con preocupación la posibilidad de que la bacteria hubiera podido contagiar a los pacientes a través de la red pública del agua en la que se detectó presencia de la bacteria. La falta de información y el desconcierto produjeron situaciones como que el equipo de fútbol de Valencia CF juvenil se negara a utilizar las duchas de campo de fútbol del Collao por miedo al contagio o que algunos colegios de educación infantil de otras localidades suspendieran su visita al tradicional Betlem de Tirisiti para evitar que algún alumno volviera a casa con la legionela.

La detección de los brotes de legionela no ha llegado en el mejor momento. Ha coincidido con la etapa en la que Alcoy iniciaba su proyecto turístico de promoción en el exterior. "Se están haciendo muchas cosas para que esta ciudad sea un destino turístico de interior. Se han invertido esfuerzos y dinero por que la gente venga a conocer los encantos históricos de la ciudad y ahora Alcoy se nos conoce más por la legionela que por nuestras fiestas", lamentaba la concejal de Turismo Amparo Ferrando.

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