"En Euskadi no se hace sindicalismo en libertad"
Dámaso Casado (47 años, Otero de Guardo, Palencia) lleva siete meses al frente de UGT Euskadi y, de momento, no ha cambiado un milímetro la línea sindical. Vive obsesionado con "la unidad de acción" como motor del bienestar de los trabajadores, aunque reconoce que en Euskadi es difícil. Pese a ello, la considera hoy más importante que nunca, ante el parón económico y la amenaza "neoliberal" de los gobiernos central y vasco.
Pregunta. ¿Se van cumpliendo sus planes?
Respuesta. Me había propuesto trabajar por la unidad de acción y eso no se ha cumplido. Las huelgas del 19 y 20 resquebrajaron la pequeña esperanza de unidad de acción que había. Por otra parte, queríamos desarrollar la democracia interna del sindicato y hacerlo atractivo a la sociedad y vamos por buen camino.
P. ¿El sindicato crece?
R. En afiliación, sí. En representación, estamos eligiendo más delegados de los que teníamos, pero se mantiene el porcentaje.
P. ¿Creyó seriamente posible alguna vez la unidad de acción?
R. Me lo creía y me lo creo. Estoy plenamente convencido que se necesita más que nunca. Es el ser de un sindicalista que defiende colectivamente a los trabajadores.
P. ¿Pero ante el panorama sindical vasco es posible?
R. A corto plazo, no. Tendría que pegar ELA un cambio radical en sus objetivos máximos. Trabaja fundamentalmente por la soberanía. Toda su estrategia va por esa línea. Lo demás es coyuntural. A los sindicatos vascos que también somos estatales nos ve como enemigos más que como aliados naturales de los trabajadores. En ese contexto va a ser muy difícil. En todo caso, vamos a seguir trabajando para que eso sea así.
P. ¿Es más fácil negociar con LAB?
R. En la negociación colectiva es fácil pactar con LAB porque coincidimos en lo concreto en las empresas y sectores. Cuando sales de la empresa no existe ninguna interlocución.
P. ¿Se puede hacer sindicalismo en Euskadi en las actuales circunstancias?
R. La verdad es que es muy duro por la competencia y la falta de entendimiento. Es la comunidad autónoma en la que menos se avanza desde el punto de vista de mejoras para los trabajadores. A la patronal le va muy bien con la división. Además, en Euskadi no se hace sindicalismo en libertad. La UGT no está en las mismas condiciones que ELA para hacer candidaturas y eso es duro, difícil y nos cuesta bastante.
P. ¿Sirve para algo la renovación de cargos en el CRL?
R. Estamos esperanzados e ilusionados. Lo que tenemos claro es que ni el presidente del CRL, Martín Auzmendi, ni el secretario general, Tomás Arrieta, son afines a la UGT. Quizá son más afines al mundo nacionalista, pero les hemos animado y nos hemos alegrado de su nombramiento, porque somos conscientes de la situación del País Vasco. Debe servir para que los trabajadores y los empresarios hablemos de los temas que nos son comunes. La patronal está encantada de que el CRL no funcione por la división sindical. Así no se compromete a nada.
P. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que apuesta por descentralizar la formación continua, ¿qué va a pasar con Hobetuz?
R. Somos respetuosos con la sentencia, que dice que hay que adaptar la formación a las transferencias autonómicas. Primero debe existir coordinación, porque los trabajadores están en las mismas empresas en ámbitos geográficos distintos. En segundo lugar, la ejecución debe producirse donde están los centros de trabajo. La comisión tripartita debe ampliarse a todas las comunidades autónomas y establecer criterios de participación iguales en todas partes. Si el Gobierno vasco no asume las políticas activas de empleo puede pasar que no llegue dinero a Hobetuz, que es quien debe ejecutar la formación.
P. ¿Y si el Gobierno asume las políticas activas?
R. Gestionaría todo el dinero, pero bajo los criterios de participación.
P. Fueron duros con la propuesta soberanista del lehendakari, cuyo discruso parece otro ahora
R. Hemos hecho la valoración de la propuesta escrita. El Gobierno vasco y el lehendakai se asustaron y hacen ahora más blando el discurso, dicen que no van a romper, que quieren respetar la ley a rajatabla, elementos que en el documento no se contemplan. Cambian el discurso para decir que aquello no era tan malo, que aquí no se rompe nada, que no vamos a la independencia, que solo vamos a intentar conseguir mejoras para el bienestar. No es que hayan cambiado sino que están engañando más a la sociedad vasca. No han cambiado el documento escrito y siguen con su estrategia clara. No sólo nos ratificamos sino que cada día nos reafirmamos más.
P. ¿Qué le parece la reacción a la postura del empresariado?
R. No lo creían posible y se asustaron. Por esa dependencia que creen que los empresarios tienen del poder político de Euskadi se pensaban que no iban a decir nada. Han intentado de todo, desprestigiarles, hacer encuestas. Están jugando con un tema peligrosísimo, el miedo que tienen los empresarios. ETA sigue chantajeándoles y amenazándoles. Juegan con el miedo que tienen a salir y decir su nombre y dicen que están callados y que con lo que no están de acuerdo es con la dirección de Confebask. Los empresarios no quieren aventuras. Quieren hacer negocios con el mercado que tienen, esencialmente el resto de España.
P. ¿Echan de menos a CCOO de Euskadi?
R. Nos gustaría coincidir mucho más, como en el resto de España. Estamos distanciados y no sabemos el motivo.
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