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Reportaje:

El ejército 'invade' la Puerta del Sol

El Ministerio de Defensa instala en el centro de Madrid un punto de información para reclutar a 5.595 jóvenes

Oriol Güell

El ejército español se desplegó ayer en la Puerta del Sol, donde permanecerá cuatro días en un autobús convertido en oficina móvil. La misión tiene dos objetivos: reclutar 5.955 jóvenes para el ejército y "extender la imagen del ejército profesional", según el teniente de Ingenieros José María López Guerrero. Sin embargo, las primeras horas de presencia militar en la vía pública fueron motivo de reunión y curiosidad entre todos los que paseaban por la Puerta del Sol, ya fueran escolares en su día de excursión, jubilados habituales del lugar o jóvenes que pasaban por allí mientras buscaban empleo.

"Me gustaría ser piloto o de la caballería. Trabajo con mi padre en la venta ambulante, pero me gustaría hacer otra cosa". José Manuel Losa, de 18 años, fue uno de los primeros jóvenes que acudió a informarse. Tras reunirse con uno de los cabos que informaban a los aspirantes, Losa aún no lo tenía decidido: "No sé, tengo que pensarlo. Es bonito, estudias y viajas, pero lo de ser militar debe ser muy esclavo".

Su opinión dominaba entre los jóvenes que entraron al punto de información por la mañana. Uno de ellos, Alison Tregarthen, de 19 años, estaba segura de que el ejército es lo suyo: "Lo tengo clarísimo. Ya lo intenté otra vez, hace un año. Pero fallé en las pruebas de acceso", explicó con ojos ilusionados ante su nueva oportunidad. Pese a su exótico nombre, Alison es de Madrid. Su madre, a su lado, asentía con la cabeza en apoyo de la vocación militar de su hija.

Las tertulias de sobremesa en las que millones de españoles han contado sus peripecias de la mili mantienen entre los españoles una imagen algo ruda del ejército español. Pero por lo visto ayer en la Puerta del Sol, poco de eso queda en las tropas españolas. En primer lugar, por la presencia masiva de mujeres entre las aspirantes. En segundo, por el alto número de inmigrantes que también se interesan por lo militar. Y por último, por el notable esfuerzo que realiza el Ministerio de Defensa para dotar al ejército de una imagen joven, aventurera y moderna.

Mayra Paucar tiene 22 años, nació en Ambato (Ecuador) y lleva tres años en España, donde ha conseguido la nacionalidad. "Me gusta la idea de lo militar. Me dará oportunidades para formarme y crecer como persona", explica con cara de entusiasmo. Dice que le gusta "la aventura", aunque entre los tres cuerpos prefiere el de Tierra: "Me da miedo volar y el mar. Sí, me gusta la aventura, pero es que soy muy miedosa", reconoció.

Minutos antes de las 12.00, varios de los presentes se sorprendieron cuando Antonio del Moral Navarrete, de 79 años, se sentó con aire decidido en uno de los mostradores. "Éste también se quiere alistar", bromeó alguien en la cola. El hombre aclaró su presencia allí con aire decidido: "Vengo a recoger la información para mi nieto".

Al salir del autobús, Antonio se encontró con siete niños de una guardería de Villanueva de Perales que estaban de excursión por Madrid con sus madres "a mirar juguetes". Los pequeños lucían con orgullo una gorra verde del ejército de tierra, que les habían regalado los militares. "A ver si les despierta la vocación", bromeó una de las madres. Después, se quedó un segundo en silencio, para añadir a continuación: "¡Ay no!, que me haría sufrir mucho...". Tras otro silencio, la mujer concluyó con un sonoro: "¡Que hagan lo que quieran!".

Formación, viajes y misiones de paz, lo más valorado

La apuesta del Ministerio de Defensa para reclutar a los más granado de la juventud española en sus filas es firme. Y las últimas actuaciones del ejército en misiones de paz, como la llevada a cabo en Bosnia, parecen estar calando en unos aspirantes que valoran muy significativamente las posibilidades de formación, viajes y nuevas experiencias que les ofrecen las Fuerzas Armadas Profesionales.

Cada año, una caravana compuesta dos autobuses y un trailer recorre España para acercar el ejército a la sociedad. La última campaña empezó el pasado 5 de septiembre y ahora llega a Madrid tras recorrer una decena de ciudades del sur y del levante español. En total, 127 ciudades son visitadas por los tres vehículos a lo largo del año.

Los jóvenes que se interesan por alistarse son informados de sus opciones y del proceso de reclutamiento. En lo que va de año, las caravanas militares han recibido 24.086 visitas y han mantenido 5.859 entrevistas con los aspirantes.

Tras este primer contacto, los aspirantes son convocados a una cita previa, donde ya toman la decisión de enrolarse o no. Si deciden hacerlo, dejarán por escrito sus preferencias sobre la ciudad de destino y el cuerpo al que quieren pertenecer (Armada, Tierra o Aire). Los resultados de un examen físico y psicotécnico serviran para dar prioridad a los más brillantes.

La primera experiencia de los alistados en el ejército será un periodo de formación de entre dos y tres meses, en el que desarrollará actividad física y recibirá las primeras lecciones de instrucción militar. Durante este tiempo, el aspirante a militar cobrará la mitad del sueldo (unos 280 euros mensuales), además de recibir la manutención. Posteriormente, y según su fomación previa, los ya militares ingresarán en los respectivos centros de formación para pasar a formar parte del cuerpo de oficiales o de la tropa.

La retribución de un soldado de tropa asciende a 8.489 euros brutos anueles. La de los oficiales licenciados universitarios supera el doble de esa cifra.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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