Timor vive violentos disturbios seis meses después de su independencia

El Gobierno de Timor Oriental decretó ayer el toque de queda en la capital, Dili, tras un día de violentos disturbios en los que cinco personas murieron y que acabó con la quema de la residencia del primer ministro. Parte de la ciudad estaba anoche en ruinas después de que cientos de manifestantes volcaran coches, destruyeran un supermercado y saquearan oficinas. Se trata de los enfrentamientos más graves desde que el pequeño país asiático estrenara su independencia, el 20 de mayo pasado.

Grupos de jóvenes, riendo y gritando, irrumpieron en un edificio de oficinas y sacaron muebles y ordenadores a la calle, donde los quemaron en hogueras mientras un helicóptero de Naciones Unidas sobrevolaba la zona. Al caer la noche, las calles estaban vacías y sólo se veían cascos azules de la ONU y policías de Timor Oriental vigilando embajadas y comercios para evitar saqueos.

El primer ministro, Mari Alkatiri, pidió calma. "Los sucesos de hoy dan una nota triste a los primeros días de independencia de nuestro país", dijo en un comunicado.

Los enfrentamientos suponen un duro golpe para los esfuerzos por establecer una democracia en la ex colonia portuguesa, que se separó de Indonesia tras un sangriento referéndum celebrado en 1999. Alrededor de 500 jóvenes se enfrentaron a la policía ayer por la mañana, en una protesta desencadenada por la detención, un día antes, de un estudiante por razones desconocidas. La ira de los estudiantes se desató después de que la policía matase a tiros a uno de los manifestantes, según un testigo. "La policía intentó arrebatar el cadáver a los estudiantes, pero éstos se negaron. Hubo otro enfrentamiento y los estudiantes prendieron fuego a un supermercado", dijo el testigo. La protesta tuvo lugar frente al cuartel general de la policía, donde docenas de agentes estaban de servicio. Otro testigo declaró que algunos policías abrieron fuego contra la multitud. Los manifestantes se desplazaron entonces hacia el edificio del Parlamento, a dos manzanas de distancia, donde también se oyeron disparos. Un destacado político resultó herido en la cabeza por una piedra.

"Al menos cinco jóvenes murieron y vi que trasladaban a otras seis personas gravemente heridas al hospital en una furgoneta", declaró otro testigo, periodista, quien señaló que fue la policía la que abrió fuego. "Algunos manifestantes tenían heridas de bala y a otros les golpearon".

Wayne Lovell, residente en Dili, declaró que en la zona donde vive todo estaba en calma tras haberse decretado el toque de queda, a las 19.00, hora local. "Mi impresión es que todo esto es consecuencia de lo que viene ocurriendo en el último mes, pero, sobre todo, de que la gente no está contenta con el Gobierno. Parece que el Gobierno ha prometido demasiado y no ha cumplido", dijo.

[En un mensaje a la nación, el presidente de Timor Oriental, Xanana Gusmão, se mostró convencido de que detrás de la revuelta hay "otros motivos, gente que ha manipulado a los más jóvenes", informa Efe].

El ministro de Asuntos Exteriores, José Ramos-Horta, que se encontraba ayer de visita en Madrid, suspendió su viaje previsto a México para regresar a Dili, según informó la Oficina de Información Diplomática (OID).