Trillo suspende las clases de la academia naval y manda a 500 militares a limpiar las playas

Recién llegado de Washington, el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, tomó ayer una medida contundente para acallar las voces que pedían la movilización de las Fuerzas Armadas frente a la catástrofe del Prestige: ordenó la suspensión "con cartácter inmediato y hasta nueva orden" de las actividades en la academia naval de Marín y mandó a su personal, 500 alumnos y profesores, "de comandante para abajo", a limpiar la ría de Pontevedra. El Ejército de Tierra facilitó, por su parte, material para alojar y dar de comer a los más de 3.000 voluntarios que se esperan mañana.

Entre los mandos militares ha causado malestar que se les acuse de falta de solidaridad con los damnificados por la catástrofe. "Hemos dado todo lo que se nos ha pedido", afirman, "e incluso hemos ofrecido cosas que no han aceptado". Aunque la profesionalización del Ejército y la falta de aspirantes a la tropa profesional han acabado con las grandes masas de soldados del reclutamiento forzoso, sus posibilidades están muy por encima de las aportaciones casi simbólicas realizadas hasta ayer mismo.

Si se hubiera encargado a las Fuerzas Armadas la planificación del dispositivo, agregan las mismas fuentes, éstas habrían creado un estado mayor para hacer frente a la emergencia, pero esta función ha correspondido a la Delegación del Gobierno en Galicia y, pese a la presencia de enlaces militares en la célula de crisis, no siempre la coordinación ha funcionado.

Ayer por la mañana, por ejemplo, los convoyes estaban preparados en la Agrupación Logística de Valladolid y los acuartelamientos de León y Astorga, pero aún no se sabía a dónde debían dirigirse. "Una cosa es mandar y otra dar órdenes", advierte un alto responsable militar.

Finalmente, 50 camiones con 3.500 colchones, 7.000 mantas, 2.400 toallas y 20.000 raciones de comida partieron hacia Muxía, Fisterra, Corcubión, Malpica, Laxe, Vimianzo, Camariñas y Porto do Son para, aprovechando en la mayoría de los casos los polideportivos municipales, acondicionar el alojamiento de los más de 3.000 voluntarios a los que se espera durante el puente de la Constitución. Además, estaba previsto instalar cinco módulos comedor, tres trenes-ducha y un aljibe para lavarse.

Hasta ayer, unos 80 miembros de la Brigada Ligera Aerotransportable de Figueirido (Pontevedra) y otros 20 del Batallón del Cuartel General de la Región Noroeste participaban en las tareas de limpieza en la Costa da Morte, pero por la tarde el ministro ordenó que se les sumaran 500 militares de la Escuela de Marín, dotados con dos lanchas para localización de manchas, dos remolcadores y seis botes de nueve metros para limpieza.

En principio, su tarea se limitará a la ría de Pontevedra, aunque su director indicó que acudirán a otras zonas si así lo determinan las autoridades.

Los alumnos de la Armada fueron precisamente los primeros en acudir a limpiar las playas, entre el 18 y el 22 de noviembre, cuando les relevaron miembros del Ejército de Tierra.

Ese relevo dio lugar a una drástica reducción de los efectivos implicados, que pasaron de 174 a unos 70, en el momento además en que llegaban los equipos europeos, entre ellos una decena de militares belgas, lo que agudizó la imagen de ausencia de las Fuerzas Armadas españolas.

El ministro de Defensa, que acudió por la mañana a Murcia para condecorar a las víctimas del terrorismo, aseguró que las Fuerzas Armadas aportarán "efectivos y material sin límite alguno y sin que nadie pueda ni pensar que haya restricción ni de personal ni de medios materiales". Trillo-Figueroa aseguró que "hay mucho más de 800 militares" implicados en la lucha contra la catástrofe del Prestige "desde el primer momento" y que las Fuerzas Armadas "están muy orgullosas de poder servir a la sociedad y de poder contribuir a aminorar los daños causados en Galicia", informa Tono Calleja.