Pasión por lo negro

Los amantes de la novela negra agradecerán sin duda alguna la primicia conseguida por esta intrépida reportera tras dar muchos tumbos por los bajos fondos de la ciudad, salir milagrosamente indemne de mil y un peligros, dejarse la paga en sobornos, relacionarse con gentes de muy mal vivir y atizarse docenas de whiskys y otras porquerías que omito en antros de mala muerte, con el consiguiente estremecimiento de su esperanza de vida. Agárrense, que ahí va la buena nueva: esta tarde, a las 19.30 horas, en el barrio portuario de la Barceloneta, abre sus puertas al respetable público Negra y Criminal, la primera librería especializada en literatura negra, policiaca y de intriga que aparece por estos pagos.

Abre en la Barceloneta una librería dedicada a la novela negra. Tiene un libro raro de recetas... de la señora Maigret

Si uno viene por el paseo de Joan de Borbó, para llegar al número 5 de la calle de la Sal, donde se encuentra la librería, hay que coger primero la calle de Ginebra, cuya estrecha vecindad constituye en cierto modo una bendición simbólico-poética para esta aventura negra. Pero éste dista mucho de ser el único augurio favorable. En cuanto llego al local, no tardo en comprobar que reúne varios requisitos esenciales: por lo pronto, cuenta con una puerta trasera por donde escabullirse para dar el esquinazo a algún perseguidor. Además, una simple ojeada basta para adivinarle al lugar cierto pasado negro. ¿Por qué iba a tener, si no, una bodega-zulo cuyos muros están revestidos con losetas de cerámica vidriada, un material muy eficaz para mantener alejada la humedad? Aunque ahora la bodega-zulo está llena hasta los topes de un alijo de libros de género, no hace falta tener una imaginación calenturienta para figurársela llena de cartones de tabaco de contrabando o de cualquier otra cosa ilegal y sensible a la humedad, todo lo cual hace que el entorno resulte de lo más sugerente y propicio.

Paco Camarasa es un buen conocedor de la novela negra y del mundo del libro. En una anterior reencarnación ya había sido librero, profesión de la que se apartó durante una temporada, seducido por la distribución, y a la que ahora regresa con renovado ardor y ganas de abrir nuevos frentes.

Montse Clavé, dibujante de cómic y gastrónoma (la semana que viene se presenta un libro suyo de cocina mexicana) es la otra culpable en este turbio asunto. En cuanto confieso mi pasión por Simenon, me enseña un tesoro de su biblioteca particular que, por desgracia para mí, no está a la venta. Se trata del volumen titulado Simenon et Maigret passent à table e incluye un recetario con las suculentas recetas de Madame Maigret, entre las que, por supuesto, uno puede encontrar los secretos para pergeñar el celebérrimo coq au vin o el poulet bonne femme. No sé qué criminal brillo de codicia habrá vislumbrado en mis ojos o qué olor a Agresión Inminente habrá percibido en mí. En cualquier caso, sabedora de que hay libros por los que uno podría incluso matar, antes de quitarme el libro de las manos con suave firmeza, Clavé se apresura a prometerme que me pasará fotocopias en espera de que pueda conseguirme otro ejemplar de esta auténtica joya. Fotocopias con el canon de autores pagado, claro. No se crean que nos vamos a dejar enchironar por una tontería, como Al Capone.

La idea que inspira Negra y Criminal, que abrirá de martes a viernes, de 16.00 a 20.00 y los sábados de 10.00 a 14.00, es convertirse, elemental, querido Watson, en un punto de referencia para los amantes de un género que la cultura oficial todavía considera con cierta condescendencia, al menos en este país, donde no hay obra de género que, en el fondo, logre escapar de que se la tilde de "menor" y donde, ahora mismo, desaparecidas Etiqueta Negra (Júcar) y La cua de palla, no hay ninguna colección especializada. Para conseguir sus propósitos, Camarasa y Clavé no sólo cuentan con una sección de novedades, donde los usuarios pueden encontrar lo último de Grisham, de Andreu Martín o de Alicia Giménez Bartlett, nuestra dama más negra (no se pierdan Serpientes en el Paraíso, un mordaz retrato de nuestra pijolandia particular), sino también con una sección de libros de segunda mano en la que uno puede dar con esa pequeña maravilla que llevaba años buscando pero no podía encontrar por la sencilla razón de que estaba descatalogada. No olvidemos que para que un libro esté descatalogado no es necesario que se trate precisamente de una rareza. El Halcón maltés, por ejemplo, está descatalogado en italiano y -no se me descuajaringuen de risa-, tampoco se encuentra en inglés. Y por estos pagos ahora mismo es imposible dar con un ejemplar de El cartero siempre llama dos veces que no sea de segunda mano. Lo mismo sucede con otro clásico inmarcesible como La jungla del asfalto. Me cuenta Camarasa, por cierto, que en la edición de la colección Book (Caralt) de este último título, en la contraportada había una errata de peso: en vez de la foto de Burnett, su autor, habían puesto la de William Faulkner.

Pero, además de ofrecer estas prestaciones, Camarasa y Clavé se proponen dinamizar el género con una página web que aún se halla en construcción y que ofrecerá una base de datos tanto temática como de autores, con fichas de libros suministradas por diversos lectores y donde, además, la gente podrá hacer sus pedidos.

Me alejo de Negra y Criminal preguntándome si, frente a la dictadura de las grandes superficies donde supuestamente puedes encontrar de todo, pero al final sólo encuentras las novedades del último mes, el futuro no pasa precisamente por una creciente especialización.