La rebelión de los canónigos

Son seis. Todos sacerdotes. Todos en edad de haberse jubilado, pues superan con creces los 65 años. Pero siguen al pie del cañón... en el Consejo de Administración de Cajasur. Defendiendo a la caja de los socialistas. Eso es lo que asegura el líder de todos ellos, Miguel Castillejo, presidente del consejo. Los seis desobedecieron ayer a su superior jerárquico, el obispo de la diócesis de Córdoba, Javier Martínez, quien, por carta, les había pedido que retrasasen la aprobación de los nuevos de la entidad, iniciativa que cayó en saco roto.

El obispo finalizaba su carta anunciando que la haría pública para defenderse de "las constantes tergiversaciones y comunicaciones falsas" que están suscitando sus opiniones; Martínez se refería así a una supuesta misiva de "apoyo" a Castillejo que nunca ha escrito.

Pero, ¿quiénes son los seis representantes del Cabildo catedralicio que han desafiado a su obispo? Miguel Castillejo, de 73 años y canónigo penitenciario; Alonso García Molano (81 años, deán); Juan Moreno (70 años, arcediano); Juan Arias (69 años, doctoral); Valeriano Orden (74 años, lectoral) y Alfonso Carrillo (79 años, magistral).

Escaso conocimiento

Al margen de Castillejo, el conocimiento de las finanzas de los otros cinco canónigos es más bien escaso, según afirman distintas fuentes de Cajasur. Esta circunstancia no ha sido obstáculo, sin embargo, para que alguno de ellos ocupe cargos de responsabilidad en puestos más que especializados: Valeriano Orden es el presidente de la comisión ejecutiva de la Corporación Industrial de Cajasur; mientras que Alfonso Carrillo ocupa el mismo puesto en la compañía de seguros de la entidad. En los consejos de administración de Cajasur la voz cantante la lleva Castillejo, mientras que de sus cinco compañeros apenas se recuerdan intervenciones. De hecho, una fuente asegura que alguno de ellos ha llegado a dormirse durante alguna sesión, sueño que sólo se ha roto en el momento de las votaciones.

Puestos en su día por un obispo, autoridad que ahora ignoran, los seis canónigos llevan muchos años en la caja, lo que les ha permitido labrarse una situación privilegiada en Córdoba. Y éste es el motivo (mantener su estatus actual) que les ha conducido a desobedecer al obispo, según interpretan las fuentes consultadas, amén de la amistad con Castillejo, forjada a lo largo de los lustros. "Su fidelidad es a Castillejo", afirma una fuente de Cajasur. "Tienen miedo a salir de Cajasur y perder el nivel de vida tan alto que les permite la caja", afirma otra fuente de la caja, que cifra las percepciones de alguno de los cinco compañeros de Castillejo en 60.000 euros anuales. Una cantidad importante pero lejos de los 210.000 euros que cobra el presidente de la entidad como remuneración directa.

Otro motivo para la rebeldía puede ser la idea que tiene el obispo sobre el papel que debe tener la Iglesia en Cajasur, que nada tiene que ver con la situación actual. Martínez no cree acorde a los principios de la Iglesia el hecho de que un sacerdote se siente en el consejo de administración de una entidad financiera y piensa que los representantes del Cabildo catedralicio deben ser personas con una formación específica en temas financieros. Es decir, con este proyecto, los seis representantes del Cabildo catedralicio estarían en la calle.

Lo ocurrido ayer no es más que la consumación del primer acto de rebeldía que los seis canónigos representaron ya la semana pasada, cuando decidieron acogerse a la Ley Financiera, pese a que Martínez había propuesto un "diálogo institucional con las instancias competentes" sobre el futuro de Cajasur.

Y, ¿qué puede pasar ahora? El Código de Derecho Canónico establece en el canon 273 que "los clérigos tienen especial obligación de mostrar respeto y obediencia al Sumo Pontífice y a su Ordinario propio", en este caso, el obispo. ¿Las consecuencias? Están en manos del obispo.