Vodevil Cajasur
Raro será que el asunto Cajasur no emprenda otra vez el camino de los juzgados (no le arriendo las ganancias al Gobierno andaluz), en medio de tantas perplejidades, que no se sabe ni por dónde empezar. En la parte más o menos religiosa, ¿por qué, por ejemplo, el arzobispo de Sevilla salió a tempranas horas en defensa de Castillejo, cuando no lo han hecho su prelado natural ni la conferencia episcopal? Sabrosa pregunta para eclesiólogos y nigromantes de toda laya. ¿Qué le habrá dado don Miguel al de Híspalis que le haya negado al de Córdoba? Misterios dolorosos.
Pero vayamos con la trama política, más excitante aún. ¿Por qué Teófila Martínez se pone más papista que el Papa, defendiendo también a este cura ricachón que no lo defienden ni los suyos más suyos? ¿Tendrá algo que ver la crisis del PP de Córdoba? Veamos. Hace un par de años, cuando la comedia general de las cajas de ahorro estaba en su apogeo, se empezó a hablar por las naves de la Mezquita de un posible relevo de Castillejo por Manuel Pimentel, cordobés acreditado. Pero ese proyecto fracasó cuando el propio ex ministro, en la aguda crisis del PP de la provincia, se situó al lado del traidor Bellido, y entonces Aznar, empuñando la espada de San Rafael, arrojó del Paraíso a los rebeldes (que por cierto habían ganado todo un congreso), y puso en la trayectoria del mando a una cuñada suya, que es lo natural. Ahí se jodió la marrana, aseguran los más castizos. ¿Pero quién ayudó a Aznar en el aborto del plan Pimentel: Arenas o Teófila? Nueva e inquietante pregunta. Conviene recordar que Arenas nunca ha sido de la devoción de Teófila, que es más de otro santón, Rodrigo Rato. De público conocimiento es que el ministro de Gescartera aspira a la sucesión del Príncipe Aznarín. Ergo la defensa de don Miguel por parte de doña Teófila sintoniza con las aspiraciones sucesorias de su protector en la Corte. Y ahora se vislumbra por qué la conferencia episcopal y el pastor natural del descarriado Castillejo se han distanciado de este cura. Porque los obispos españoles, en masa, a quien están agradecidos, y lo estarán eternamente, es a otro candidato a la Moncloa, a Mariano Rajoy, que les ha asegurado su reino en este mundo con dineros mucho más gordos que los de Cajasur, los del Estado. Y con prebendas extraordinarias como quitar y poner a capricho a los profesores de religión en centros públicos.
¿Se acaba aquí la materia política de este tortuoso vodevil? Ni mucho menos. También el PSOE e IU tienen que andarse con pies de plomo en este escenario minado por viejas historias. Una persona que hoy estará probablemente saboreando el fruto amargo y tardío de la razón es Rafael Vallejo, veterano militante del PSOE cordobés y ex Presidente de la Diputación cuando en 1994 se opuso a su partido por la forma en que se decidió llevar a cabo la fusión de la Caja de Córdoba, controlada laicamente por el organismo provincial, con la del cura. Pues de esa coyunda polvorienta, obviamente mal hecha y nunca bien explicada, vendrían estos espesos lodos. En cuanto a IU, el largo silencio de Anguita y su no menos largo almuerzo del mes de octubre con Aznar, Arenas, y señoras, en un renombrado restaurante cordobés, lo dicen casi todo. Mas la comedia sigue.
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