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Los bomberos británicos cancelan los próximos ocho días de huelga

La creciente presión que ha llevado al terreno político la huelga de los bomberos británicos se alivió ayer de manera considerable al desconvocarse los próximos ocho días de paro, que tenían que empezar mañana. El líder de los bomberos, Andy Gilchrist, que el sábado pidió la expulsión del Nuevo Laborismo del Gobierno en nombre del retorno del "laborismo real", presentó ayer la suspensión del paro como una prueba de que los bomberos no están politizando la huelga.

El empeño del Gobierno en no ceder ante la presión de los huelguistas a menos de que éstos acepten reformar sus condiciones laborales, ha acabado convirtiendo el enfrentamiento en una batalla política entre el viejo sindicalismo y el nuevo laborismo. Al Gobierno no le importa pagar más de lo que cree justo, pero sólo si consigue clavar a los bomberos el puñal de las reformas: dinero a cambio de nuevo marco laboral. Es lo que acaba de firmar con los sindicatos de la sanidad en un acuerdo llamado a convertirse en histórico si lo ratifican las bases.

Y es lo que los bomberos están abocados a aceptar mientras ven cómo, sin prisas pero sin pausas, la opinión pública comprende mejor las razones del Gobierno -que no las formas-, al tiempo que se va evaporando la simpatía hacia los bomberos a medida que se van conociendo sus verdaderas condiciones laborales.

Balones de oxígeno

El Gobierno, tras los desastres de imagen de la semana pasada, ha recibido dos balones de oxígeno este fin de semana. Por un lado, las desafortunadas declaraciones de Gilchrist contra el Nuevo Laborismo, rechazadas desde varios frentes sindicales y que han empañado la imagen de los bomberos. Y por otro lado, el informe oficial sobre el balance de los 10 días de huelga. Ese balance señala que el Ejército se ha comportado "bien" supliendo a los bomberos y que, pese a su menor experiencia, peor equipamiento y disponer de 19.000 soldados frente a 55.000 bomberos, las cifras de víctimas están en la media y no ha habido ningún incidente grave.

El Gobierno ha sacado la conclusión de que la huelga apenas afecta a la población y ha demostrado que al menos dos de sus propuestas de reformas son efectivas: los centros de control conjuntos bomberos-ambulancias-policía y la reducción de los turnos nocturnos en favor de los diurnos. Con ese oxígeno en los pulmones, el Gobierno lanzó ayer por la mañana el mensaje de que estaba preparado para un conflicto largo.

La respuesta táctica de los bomberos ha sido inmediata: suspensión de los ocho días de huelga convocados desde mañana, lo que ayudará a frenar el deterioro de su imagen y pone la pelota en el tejado gubernamental. Ahora es el Gobierno quien ha de hacer el siguiente movimiento.

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