Preocupación en Asturias por la extensión de la marea negra
Autoridades, cofradías de pescadores y grupos conservacionistas mantienen la vigilancia en Asturias ante el temor de que las corrientes marinas y el viento puedan extender al Cantábrico los efectos contaminantes de la marea negra procedente del Prestige.
Aunque el promontorio de la punta de Estaca de Bares constituye un parapeto natural que dificulta la prolongación de la gran mancha de fuel hacia la cornisa cantábrica, los vestigios de hidrocarburos localizados esta semana 40 millas al norte del litoral asturiano han hecho cundir la inquietud entre los pescadores y mariscadores de la región, que recuerdan los graves efectos que tuvo en esta zona de Asturias el hundimiento frente a A Coruña del petrolero griego Andros Patria en 1978. Parte de las 15.000 toneladas de crudo que vertió en el mar aparecieron en las costas asturianas sólo nueve días después del siniestro.
Dos aviones, dos helicópteros y varias embarcaciones de la comunidad autónoma y de Salvamento Marítimo, así como efectivos de la guarda rural desde tierra, mantienen un dispositivo de vigilancia en la costa asturiana en prevención de que aparezcan nuevos restos de fuel. Pero la mayor parte de los recursos para la lucha contra la contaminación marina han sido desplazados a Galicia.
La Delegación del Gobierno en Asturias y el ejecutivo regional aseguran que no se han detectado nuevas manchas de fuel, pero la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma), sostiene que más allá de las 30 millas, han seguido detectándose restos de fuel que se desplazan hacia Francia.
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