_
_
_
_

El público del Auditorio increpa a la orquesta y a Amorós por la huelga

El 73% de los funcionarios secunda el paro y el Gobierno aprueba el decreto de reforma

Jesús Ruiz Mantilla

Se aprobó el decreto de reforma de la Orquesta Nacional ayer en Consejo de Ministros, se hizo la huelga, se suspendió el concierto y unas 400 personas increparon en el vestíbulo del Auditorio Nacional de Madrid a todos los implicados. A los músicos funcionarios que la habían convocado, 60 de ellos secundaron el paro, y a Andrés Amorós, director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), que acudió al lugar del conflicto. "Golfos", les llamó a los músicos un sector; "nos tratan como borregos", le echaban otros en cara a Amorós. Hoy está prevista otra suspensión.

Hubo críticas y tensión contenida. A las 19.00, Andrés Amorós esperaba en la entrada del Auditorio. Las puertas de la sala sinfónica, con capacidad para 2.300 localidades, permanecían cerradas. Se formaban corros. Todos se preguntaban lo mismo: "¿Habrá concierto?". No lo hubo. El director Jesús López Cobos no pudo reencontrarse ayer con la orquesta que dejó hace 15 años por problemas burocráticos y parecidas razones.

El ambiente lo había caldeado en la parte de atrás, donde estaban los músicos, el Consejo de Ministros. El Real Decreto de reforma de la ONE, que cambia su carácter funcionarial por uno laboral, había sido aprobado. Es el motivo por el cual los funcionarios de la ONE, 84 de 123, hán convocado la huelga. En la entrada, a las 19.30, sonaban los avisos habituales de llamada al público. Pero una voz anunciaba la suspensión.

"¡Golfos!", dijeron unos. Otros hicieron sonar pitos. "¡Fuera, fuera!", decían otros. Pero las protestas no eran sólo para los músicos. Al INAEM también le cayó lo suyo por haberles hecho acudir al no garantizarles que se suspendiera el concierto. Algunos se acercaban a Amorós y le decían: "Es usted un inepto". Otros le defendían: "Él no tiene la culpa". Varios le pedían: "¿Es usted el responsable de esto? Pues arréglelo".

Se formó un guirigay en el que hasta la mujer del director general, Auxiliadora, tomó partido a gritos: "¡Por lo menos mi marido ha dado la cara!", le decía a un señor que se acercó a increparle. Amorós no perdió la sonrisa y tendió la mano a los músicos. "A partir de ahora, con un marco legal ya aprobado por el Consejo de Ministros, puede empezar el diálogo. Hasta hoy no era posible", dijo.

Los músicos no le creen y piden la retirada del decreto. "Bla, bla, bla, eso es demagogia", decía Salvador Escrig, del comité de huelga, que compareció al completo ante la prensa y no ante el público ayer y por la puerta de atrás, después de anunciar la suspensión. "Estamos dispuestos a negociar la retirada del decreto. Aparte, pensamos impugnarlo y los tribunales dirán", aseguraban ayer a coro.

Se mostraron satisfechos con la incidencia: "Entre el 73% y el 75% de los convocados -sólo los músicos con plaza de funcionarios y no los contratados, que son 26 más- han secundado el paro. Lo han hecho 60 de los 84 funcionarios", aseguraron. Sobre los pitidos y los insultos que les habían dedicado en la entrada, Escrig dijo: "Lo sentimos, queremos pedir perdón, pero no tenemos otra opción".

El conflicto se prevé largo. Los músicos han convocado la huelga todos los viernes y sábados hasta junio. El INAEM ha declarado "abuso de derecho", pero los convocantes lo rebaten. "Eso lo tendrá que declarar un juez, no una parte implicada", dicen. Por tanto, hoy tampoco se celebrará el concierto.

Un abonado al ciclo de la Orquesta Nacional increpa a Andrés Amorós (a la derecha) en el Auditorio Nacional.
Un abonado al ciclo de la Orquesta Nacional increpa a Andrés Amorós (a la derecha) en el Auditorio Nacional.GORKA LEJARCEGI

Golpe de efecto en Moncloa

El Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) no podía aspirar a mayor respaldo. Ayer, el consejo de ministros aprobó el real decreto que da forma a lo que será la nueva organización y funcionamiento de la Orquesta Nacional de España, a propuesta de Pilar del Castillo, ministra de Educación, Cultura y Deporte, y de Javier Arenas, de Administraciones Públicas. Y esta nueva norma es la razón por la que los músicos hicieron, también ayer, su primer día de huelga. "La nueva situación supone la solución a un problema de 16 años", se apuntaba ayer en una nota del ministerio de Pilar del Castillo en la que se incluía una invitación al diálogo desde el recién estrenado panorama legal. "Se crea así un marco jurídico -hasta ahora inexistente- que permitirá afrontar todas las cuestiones pendientes desde la negociación y el diálogo".Desde la Administración señalan que, con el visto bueno que dio el Consejo de Estado al proyecto "sin ninguna objeción", dice la nota, "es la única fórmula jurídica posible". Además, aseguran que "se crea una estructura laboral estable que permite formar una plantilla artística de calidad" y que se termina con la "coexistencia de profesores con diferencias retributivas graves".Los puntos fundamentales del real decreto son: desde ahora, la ONE estará formada por profesores contratados en régimen laboral; la equiparación económica de los músicos, sean funcionarios o contratados; la transformación de las plazas de funcionarios vacantes en laborales y que los funcionarios actuales, a quienes se respetan todos sus derechos, podrán optar por su paso al régimen laboral. La cobertura de vacantes se producirá según lo previsto en el Real Decreto 364/1995 sobre la selección de personal laboral.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_