"Sin prevención, vamos a la bancarrota"
Valentín Fuster (Barcelona, 1943) es el director de Cardiología del Hospital Monte Sinaí de Nueva York. El martes participó en la II Conferencia sobre Medicina y Automoción y expuso la necesidad de prevenir las enfermedades cardiovasculares. "La enfermedad cardiaca está aumentando. Los tratamientos y la edad también. La prevención no está funcionando. Es una de las grandes frustraciones de mi carrera. La culpa de la falta de prevención no es de los médicos, sino de los gobernantes".
Como factor de riesgo, aparte de la dieta, Fuster apuntó al tabaco, aunque reconoció las limitaciones del profesional médico ante el poderío de la industria tabacalera. Aseguró que Europa debe aprender de EE UU "que ha disminuido el tabaquismo con una política agresiva". Y añadió: "Si no entramos en la prevención, vamos a la bancarrota, porque los tratamientos cada vez son más caros".
Sobre los riesgos para la conducción, afirmó: "Hay un mito con la enfermedad cardiovascular. Uno cree que estar enfermo desde el punto de vista cardiovascular va a hacer que tengas un accidente cada cuatro días y no es así". Según Fuster, en EE UU hay 40.000 muertes por circulación al año y los accidentes suponen 48.000 millones de dólares.
Y añadió: "En EE UU las muertes en accidente se deben en un 95% a errores humanos, en un 1,5% al sueño y entre el 0,1% y el 2% a las enfermedades cardiovasculares. El porcentaje es importante dentro de las enfermedades, aunque no en el total".
Fuster explicó las reglas con las que EE UU permite la conducción a los enfermos: "Si la mortalidad esperada al año de la intervención es menor del 20% se permite la conducción de un automóvil, pero no de un transporte público".
Fuster afirmó que "un 70% de los pacientes con enfermedad cardiovascular no sigue las regulaciones del médico cuando les dicen que no conduzcan". Y detalló el problema: "Si tengo un amigo con un infarto y se va en el coche con otro amigo y yo pienso que no puede conducir, ¿qué debo hacer? A veces nos sentimos obligados a relatar que un paciente tiene posibilidades de accidente si se niega a hacerlo". También se da el caso contrario, "que muchas compañías no quieren a pacientes que han sufrido un problema cardiovascular aunque no tengan riesgo". Aseguró que cada día vive una paradoja: "El enfermo que no debe conducir no sigue al médico, pero cuando está bien, se encuentra aislado y nadie le ayuda".
