Solbes advierte de que incumplir el Pacto de Estabilidad daña al euro

El Pacto de Estabilidad se aplicará de forma más flexible, pero no con menos rigor. Ése fue el mensaje lanzado ayer por el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y el comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes. Este último echó un rapapolvo a los países que incumplen sus compromisos o no presionan para que otros los cumplan: "Semejante actitud pone en peligro la credibilidad de nuestra moneda única".

Dado el parón económico que sufre Europa, y a la vista de las graves dificultades de las grandes potencias para cumplir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, Prodi y Solbes presentaron ayer las propuestas de éste (ver EL PAÍS del pasado martes) para que algunos países puedan aplicar con más relajo el objetivo de lograr el equilibrio presupuestario, pero se siga castigando a los que superen el techo del déficit superior al 3% del PIB. Además, también se persigue una mejor coordinación de las políticas económicas.

Para el comisario, sus propuestas, aprobadas ayer por unanimidad en el Ejecutivo comunitario, atienden "la necesidad de que Europa aumente su potencial de crecimiento de manera sostenible", porque el Pacto es de estabilidad (presupuesto equilibrado), pero también de crecimiento. "Podemos mantener una política presupuestaria sana y lograr un crecimiento claro", señaló Prodi.

Por eso, y frente a quienes critican el Pacto por ser un corsé que restringe al máximo las iniciativas de los Gobiernos en épocas de vacas flacas como la actual, las propuestas de Solbes admiten ahora "un ligero deterioro temporal", que podría suponer rebajas de impuestos, a la hora de lograr el equilibrio presupuestario, pero sólo podrán beneficiarse de ellas los países que hayan conseguido ya ese equilibrio y que tengan una deuda pública inferior al 60% del PIB. Es el caso de España, aunque el Gobierno ya se inclina por no echar mano de esa supuesta ventaja.

Para países tan potentes como Alemania o Francia con elevadas cifras de déficit (Berlín llegará este año al 3,8% del PIB), las propuestas también incluyen un ligero alivio, porque indican que, a la hora de juzgar la aproximación o alejamiento del equilibrio presupuestario, el déficit se medirá "en términos subyacentes", y no en nominales. Pero el contrario, el techo del 3% se medirá en nominales y, por eso, la Comisión ya ha lanzado la primera fase del procedimiento de déficit excesivo contra Berlín o la alerta temprana contra París.

Pese a la flexibilización del Pacto, los mecanismos de castigo para quienes lo incumplan se mantienen intactos. Es más, entre las propuestas de Solbes destaca la de forzar a los incumplidores a una reducción anual de sus déficit equivalente al 0,5% del PIB, un dato que será incorporado al "solemne compromiso político" de cumplir el Pacto que el comisario quiere los países suscriban esta primavera.

Con su presencia junto a Solbes en la comparecencia ante la prensa para presentar las propuestas, Prodi quiso respaldar al comisario unas semanas después de haber declarado que era "estúpido" aplicar a rajatabla el Pacto. Prodi dijo ayer que hay que aplicarlo "de forma más inteligente", pero reclamó a los Estados que cumplan "de forma rigurosa" sus compromisos.