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FOTOGRAFÍA DIGITAL

Carlos Saura: "Con la cámara digital entré en el mundo del color"

El director elogia la rapidez y la posibilidad de manipular la imagen digital

"Cuando tenía 18 años, trabajé durante tres o cuatro años como fotógrafo profesional. Después me hice fotógrafo amateur". Ésta es la trayectoria de Carlos Saura (Huesca, 1932), explicada por él mismo.

El director de cine ha logrado reunir más de 300 cámaras fotográficas. "Empecé con la digital cuando salieron. La primera kodak, que tenía muy poca resolución, la compré en Inglaterra. Luego, empleé tres kodaks más, hasta que fui a Japón y compré una fuji. Las instrucciones estaban en japonés y, para saber cómo funcionaba, esperé hasta que me las tradujeron en España. Para mí fue como una revolución porque tenía los suficientes píxeles para hacer una foto decente".

Saura continúa siendo fiel a las FinePix de Fuji. "Después, compré el modelo siguiente, la 2400. Luego, una 4700, y ahora tengo la 6800. Las que no uso se las regalo a mi familia y me quedo siempre con la última".

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La rapidez

"Generalmente llevo las dos cámaras, una digital y otra convencional. Empleo las dos". Pero, si utiliza la cámara de película, revela el carrete y digitaliza el negativo. "He pasado muchas horas en el laboratorio. Con los ordenadores, el trabajo es mucho más agradable. Ya no hago foto química".

Saura cree que la fotografía digital aporta algunas ventajas. "Lo que más me gusta de la fotografía digital es la rapidez y la posibilidad de manipular las imágenes. Tengo poca paciencia. Cuando hago una foto me gusta verla lo antes posible".

No le gusta que otras personas manipulen sus fotografías y las imprime en casa. "Empleo una impresora Epson 1280 y utilizo el mejor papel que hay, que es el Epson Archival, pero no siempre lo encuentro en las tiendas", explica. "Soy un fotógrafo compulsivo. Es muy raro el día que no hago fotografías. Son muy personales: el jardín de mi casa, mis hijos, viajando en un tren... En el rodaje de las películas, hago fotos de determinados planos, pero nunca pensando que se publicarán después".

Selecciona mucho sus disparos. "Cuando hago 50 fotos, 40 se podrían ampliar, aunque luego haga una selección más rigurosa. Pero no me gusta, como hacen ahora muchos fotógrafos, hacer 18 o 20 fotografías seguidas", explica Saura. "Decía Bernard Shaw que los fotógrafos se parecían a los bacalaos que ponían 1.000 huevos para luego seleccionar uno".

La magia del blanco y negro también se puede obtener con una digital. "Nunca he revelado en color en el laboratorio. Me he metido en el mundo del color a través de la cámara digital. Aunque no da un color muy realista, cosa que me gusta. En ocasiones, hago fotografías en color con la cámara digital, las paso a blanco y negro y quedan preciosas. Cuando los colores son brillantes y luminosos, las dejo en color".

Saura usa Photoshop desde hace muchos años; "pero me limito a limpiar y ajustar los contrastes. Recorto las imágenes lo menos posible".

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