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Crónica:FÚTBOL | 11ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Empate total en el Pizjuán

Sevilla y Deportivo igualan a goles, juego y dominio

Un gol, un delantero, un minuto mágico, un tiempo. Todo lo igualaron ayer Sevilla y Deportivo. Hasta el momento de marcar, en el minuto 3 de cada parte. Ambos equipos disputaron ayer un bonito encuentro, en el que no se notaron las evidentes diferencias que les separan y en el que, con dominios alternos en cada parte, sellaron un empate que hace justicia al juego desplegado. Al Sevilla se le vio, sobre todo en los primeros 45 minutos, más suelto y atrevido que nunca este año, aunque terminó el partido pagando el cansancio. Y el Deportivo, negado en el inicio, se recompuso tras el descanso y fue capaz de enmendar una pobre imagen que apuntaba a relajación entre Barcelona y Juventus, su anterior y próximo rivales.

SEVILLA 1 - DEPORTIVO 1

Sevilla: Notario; Óscar (Redondo, m. 57), Javi Navarro, Pablo Alfaro, David; Gallardo (Podestá, m. 74), Casquero, Marcos Vales, Fredi; Víctor (Moisés, m. 69) y Antoñito. Deportivo: Juanmi; Héctor, César, Romero, Capdevila; Víctor (Duscher, m. 64), Sergio, Mauro Silva, Fran (Amavisca, m. 80); Luque (Tristán, m. 60) y Makaay. Goles: 1-0. M. 3. Casquero dispara rasa una falta lejana. En el área grande, Antoñito desvía el balón, despista a Juanmi y lo convierte en gol. 1-1. M. 48. Sergio se revuelve en el área grande, centra atrás, y Makaay, en boca de gol, se adelanta a Javi Navarro para marcar. Árbitro: Rodríguez Santiago. Mostró tarjeta amarilla a Héctor, Óscar, Marcos Vales y Víctor. Unos 25.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

El partido arrancó eléctrico, vibrante, con un interesante intercambio de golpes entre ambos equipos que el Sevilla, sorpresivamente, resolvió a su favor en el tercer minuto. El gol fue mérito de la picardía de Antoñito que, un par de metros dentro del área grande, acertó a poner el pie para desviar una falta lejana que Casquero dirigió a la portería de Juanmi. Finalmente, el balón se alojó en la red junto al poste contrario al que se dirigía el portero.

El gesto, propio del delantero habilidoso y listillo que todo el mundo adivina a ratos en Antoñito, despistó a Juanmi, desarmó al Deportivo, y decantó el juego a favor del equipo local.

Con la confianza que le daba la ventaja en el marcador, y ante la pájara cogida por el rival, el Sevilla ofreció de ahí al descanso sus mejores minutos de toda la temporada. Los centrocampistas locales, Casquero, Marcos Vales y Víctor, dieron una lección de robo de balón y contragolpe. Sus pases fueron bien aprovechados por los jugadores de banda, especialmente Fredi, que mostró una faceta de juego y atrevimiento desconocida en él este año. El extremo izquierdo falló un claro balón servido en el área grande por Antoñito y, a su vez, el goleador envió luego al lateral de la red un balón franco, sólo ante Juanmi.

El vibrante juego de ataque sevillista, ejemplificado en esas dos clarísimas ocasiones, dejó al descanso un regusto amargo en los locales, conscientes de haber dejado vivo a un peligroso rival después de haberlo tenido en la cuerda floja.

Y tras la reanudación se confirmaron los peores temores del Sevilla. Al igual que en el primer tiempo, los acontecimientos se precipitaron en el tercer minuto. Alfaro falló en el despeje de un balón colgado al área sevillista. Sergio agarró la pelota, se revolvió junto a la línea de fondo, se deshizo de Óscar y la puso atrás. Allí, junto al primer palo, agobiado por Javi Navarro, ante la oposición de Notario, Makaay, un fantástico goleador en plenitud de facultades, metió la puntera para enviar el balón a gol tras pasar por el poste.

El Sevilla apuntó tras el gol, al igual que en la primera parte, que estaba dispuesto a mejorar su pobre imagen de esta temporada. Se echó adelante en busca del partido y, manejando las mismas claves que en el inicio, dispuso de juego y oportunidades, como una volea de Casquero desde fuera del área que salió fuera por muy poco. El Deportivo, sin mejorar mucho su juego, también apostó por el partido. Sufrió el mismo problema en el centro del campo en que los primeros 45 minutos, con Mauro Silva y Fran ausentes, desconocidos ambos.

Sin embargo, Irureta sacó al campo a Tristán y éste, junto a Makaay, produjo más espacios entre la defensa sevillista. En una de esas, el holandés pilló un balón a la espalda de Javi Navarro y obligó a Notario a dar lo mejor de sí mismo para enviar su envenenado disparo a córner. Y en otra, Tristán recibió en el área un buen pase de Makaay, regateó dos veces a su marcador y volvió a obligar al portero sevillista a demostrar su calidad y reflejos.

Sin embargo, todo quedó tal y como Antoñito y Makaay lo habían dejado en el tercer minuto de cada parte. Igualado, en todo. Hasta en disparos a puerta, nueve por cada lado. Un resultado que hace justicia al juego de ambos, aunque no a sus ambiciones ni necesidades.

El sevillista Víctor Salas disputa el balón con Mauro Silva y Víctor.
El sevillista Víctor Salas disputa el balón con Mauro Silva y Víctor.PÉREZ CABO

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