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Reportaje:

"Los negros, a la cocina"

Multas al Moulin Rouge por discriminación racial

Para encanallarse un poco en la capital francesa no hay valor más seguro que el french cancán del Moulin Rouge. Las chicas de largas piernas sirven a la imaginación y a los sentidos mientras dan vida a los cuadros de Toulouse-Lautrec con sus coreografías. Pero la justicia ha considerado incorrecto que los más de 400.000 clientes que pasan por aquí cada año sean atendidos exclusivamente por personas de piel blanca: por eso, la condena que recayó ayer sobre el célebre cabaré afecta a uno de los más famosos mitos parisienses.

Poco antes de las navidades de 2000, la secretaria de la Asociación de Baile del Moulin Rouge, Micheline Beuzit, llamó a la oficina de empleo para pedir urgentemente personal de sala, entre 18 y 22 años, incluso sin experiencia. El que atendió el teléfono le propuso un candidato que podría incorporarse de inmediato, Abdoulaye Marega, 22 años, que ya había trabajado algo en hostelería. También mencionó que se trataba de un senegalés. ¡Ah, no: el Moulin Rouge no contrataba a extranjeros para la sala! "En fin, europeos, sí. Tomamos a gente de color para la cocina, no en la sala", le aclaró la secretaria.

No obstante, la oficina de empleo envió al senegalés y a un antillano. Los dos fueron rechazados con el argumento de que no dominaban suficientemente lenguas extranjeras. El asunto llegó a oídos de la organización no gubernamental SOS-Racisme y ésta emprendió una investigación, con la complicidad de una cámara oculta de France 3. La Inspección de Trabajo, alertada por la ONG, descubrió que nadie de color trabajaba en la sala del Moulin Rouge, pero el personal de cocina era de color casi al 100%.

Esta asociación planteó una denuncia por discriminación racial. En el juicio, el director del cabaré, André Poussimour, negó que existan criterios discriminatorios para la contratación: sencillamente, se busca personas de buena presencia y muy motivadas. La fiscal del caso no le creyó: "El racismo se ve en los actos". Y añadió: "Hace falta que la juventud que vive en nuestro país se convenza de que Francia va a castigar este tipo de actuaciones".

La sentencia del Tribunal Correccional de París, conocida ayer, condena a la asociación que gestiona el cabaré a una multa de 10.000 euros por "discriminación en la contratación" y a otros 3.000 euros a la secretaria que rehusó para el empleo al senegalés, por "complicidad". Esta última se arriesga a entrar en prisión si no paga en un plazo breve. El joven rechazado obtiene 4.500 euros por daños y perjuicios y SOS-Racisme, que había presentado la denuncia, 2.300 euros. Todo a la espera de un eventual recurso.

El abogado de los denunciantes se mostró anoche particularmente satisfecho de la ejemplaridad de esta sentencia. No hay duda de que se trata de enviar un mensaje hacia esa juventud black-blanc-beur (negro-blanco-árabe) cuya integración se quiere preservar, frente al auge de una extrema derecha que no cesa de clamar contra la inmigración. El Moulin Rouge tiene ahora 60 chicas en su cuerpo de baile, algunas de ellas negras.

Fachada del célebre cabaré parisiense Moulin Rouge.
Fachada del célebre cabaré parisiense Moulin Rouge.ASSOCIATED PRESS

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