Álvarez-Cascos acusa al capitán del petrolero de falta de colaboración

El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, acusó al capitán del buque Prestige, el griego Apostolos Mongouras, de falta de colaboración, y trató de desmontar su tesis de que cuando se averió la embarcación quiso solicitar refugio en un puerto gallego y que el Gobierno español se negó. Según el ministro, en cuanto se produjo la avería del buque, como consecuencia del temporal, a 28 millas al oeste de Fisterra, la tarde del pasado día 13, el capitán ordenó parar las máquinas y permitió que todos -excepto él, el jefe de máquinas y el primer oficial- abandonasen el petrolero en helicópteros de Salvamento Marítimo.

Alvarez-Cascos aseguró que ni el capitán Mongouras ni su jefe de máquinas ayudaron a volver a poner en marcha el buque durante toda la noche del día 13. Es más, según el ministro, impidió que los cuatro remolcadores enviados a la zona pudieran amarrar las estachas (cuerdas) para llevarlo lejos de la costa, como había ordenado el Gobierno, y eso lo acercó a escasas diez millas de Fisterra.

Ya de madrugada, siguió relatando Álvarez-Cascos, subió un funcionario de Salvamento Marítimo, acompañado de cinco colaboradores, encendió los motores y ató las estachas a los remolcadores. Pasaron horas, durante las que se derramaron 6.000 toneladas de fuel. Recuperado el control del buque y rumbo mar adentro, remolcado, siguió soltando combustible, pero en cantidades más pequeñas.

La conclusión del ministro de Fomento es que el capitán del Prestige, de quien recordó que "está disposición de las autoridades judiciales", "no tiene ninguna credibilidad como capitán de la Marina Mercante", porque "primero dice que no sabe dónde está el Libro de Registro y luego, cuando el barco ya se ha hundido, que está en el fondo del mar".