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El proceso por el naufragio de 'L'Oca' busca aclarar quién abrió los agujeros en la popa de la embarcación

Joan Arboix, vecino de Banyoles y amigo de Simón Rodríguez -uno de los propietarios del catamarán turístico L'Oca que se sienta en el banquillo de los acusados-, explicó ayer en el juicio que vio a varios empleados de los astilleros trabajando en la popa de la embarcación con una sierra radial. El testigo se fijó porque levantaban una gran nube de polvo. Entre ellos estaba Miguel Asensio, a quien denominaban "el abuelete", el encargado de los astilleros que en su declaración judicial se desvinculó totalmente de las ventilaciones. A pesar de que Arboix no pudo precisar si en ese momento se estaban abriendo los fatídicos agujeros de ventilación en la popa, su versión no se contradice con la que el lunes facilitó otra testigo, que sí aseguró que en ese momento se abrían las aperturas. De acuerdo con estas dos declaraciones, en la operación de abrir los agujeros de la barca pudieron participar más personas además de Miguel Bernal, el operario del constructor de la nave que ya ha admitido que realizó las ventilaciones por orden de Simón Rodríguez, uno de los dueños. La juez ha aceptado citar a una nueva testigo, no prevista inicialmente, para profundizar en estos aspectos.

La defensa de los propietarios contó ayer con el testimonio de un detective al que Simón Rodríguez contrató unos meses después del naufragio. El investigador aseguró que un taller de carpintería marítima de Barcelona admitió haber realizado unas primeras rejillas de madera para la popa de la embarcación por encargo de Talleres Pons, la empresa que motorizó la barca.

Engaños

El fiscal desacreditó al detective porque se sirvió de engaños para obtener su información, que no ha sido corroborada en el juicio por los representantes de los talleres citados a declarar. Los propietarios intentan demostrar que no intervinieron en los aspectos técnicos y constructivos.

Cuatro concejales del Ayuntamiento de Banyoles en el momento del naufragio declararon ayer. Sus manifestaciones fueron plenamente coincidentes. Aseguraron que Josep Alsina, el ex concejal acusado, no tiene responsabilidad alguna por el hecho de haber llevado a la comisión de gobierno la propuesta de sustitución de la barca de gasóleo por la ecológica, que acabó hundiéndose. Indicaron que la Reglamentació d'Activitats de l'Estany (RAE) sólo perseguía la protección del medio ambiente.

Hoy está previsto el inicio de la declaración de los 57 testigos franceses, muchos de los cuales viajaban en la embarcación siniestrada.

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