Sharon anula el acuerdo de Hebrón con los palestinos tras el atentado del viernes

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, anuló ayer el acuerdo de Hebrón, suscrito entre israelíes y palestinos en 1997, por el que compartían el control y el gobierno de la capital del sur de Cisjordania. Sharon se vio obligado a tomar esta decisión, de carácter simbólico, como consecuencia de las presiones de la extrema derecha y del movimiento colono, después de que el pasado viernes nueve militares y tres colonos perdieran la vida en una emboscada de Yihad Islámica. Esos duros del Gabinete de Sharon exigen medidas drásticas contra la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

"Está claro que el Acuerdo de Hebrón está anulado. De todos modos, no se cumple y, por consiguiente, no tiene ninguna relevancia", anunció ayer Sharon en la reunión del Consejo de Ministros celebrado en Jerusalén. El Gabinete examinó la situación originada por el atentado del "sabat sangriento", como se ha calificado en Israel el ataque palestino del pasado viernes, durante la fiesta judía del sabat. El incidente constituye una de las derrotas militares mas importantes sufridas por el Ejército israelí tras el estallido de la segunda Intifada.

Sharon respondía así a la presión de los sectores radicales y de un buen número de ministros, liderados por el titular de Exteriores, Benjamín Netanyahu, que en los dos últimos días no han cesado de reclamar medidas contundentes frente a la ANP, incluida la expulsión de Yasir Arafat, la cancelación de los Acuerdos de Oslo o la firma del acta de defunción del pacto de 1997, por el que se acordó la división administrativa de Hebrón.

La decisión de Sharon difícilmente tendrá trascendencia sobre el terreno, ya que, de hecho, la capital del sur de Cisjordania, en la que tratan de convivir 130.000 palestinos y 450 judíos, ha dejado de ser desde hace meses una ciudad compartida. Se encuentra de hecho bajo el control absoluto del Ejército israelí. Meses atrás, las tropas hebreas adoptaron medidas radicales con respecto a la ciudad y dinamitaron la sede del Gobierno autónomo, destruyendo los archivos, lo que hace en este momento prácticamente imposible su administración.

Aunque esta anulación es un acto de propaganda política, supone, sin embargo, un paso más en la destrucción del proceso de paz, algo en que se encuentra empeñada la derecha israelí y el propio Sharon desde que llegara al poder hace dos años y anunciara la "irrelevancia de Arafat", el punto de partida de una campaña de desprestigio personal, que ha supuesto el arrinconamiento del presidente palestino.

Siete pequeños asentamientos

Arafat y el entonces primer ministro, Netanyahu, firmaron el acuerdo de Hebrón en enero de 1997. El pacto supuso el repliegue de las tropas israelíes del 80% de la ciudad, mientras que el Gobierno de Israel se otorgaba el control del 20% restante, que corresponde al núcleo antiguo de la ciudad. Allí se hallan siete pequeños asentamientos, entre ellos la Tumba de los tres Patriarcas, donde viven en total 450 colonos, en medio de una comunidad palestina compuesta por 35.000 personas. En los últimos años Israel ha desplazado al lugar numerosos soldados, para reforzar la protección de la comunidad colona, una de las más belicosas y radicales, que asegura estar permanentemente amenazada.

Sharon, además de la anulación del Acuerdo de Hebrón, aprobó ayer dos importantes iniciativas: la primera, dirigida al Ejército para que lleve a término una operación de limpieza de militantes fundamentalistas en toda la ciudad, lo que supone permiso para destruir casas y detener a sospechosos; la segunda, dirigida a los colonos, para que amplíen el asentamiento de Kiryat Arba, en las afueras de Hebron, donde viven 6.000 judíos, bendiciendo así la politica promovida por el movimiento colono en esta Intifada, consistente en ampliar o crear asentamientos en los puntos donde se han sufrido bajas.

El asentamiento de Kiryat Arba crecerá a costa de unas pequeñas huertas palestinas vecinas, situadas en el suburbio de Yabal Yohar, en las periferia de Hebrón, donde el pasado viernes por la noche se registró el atentado. La prolongación de este asentamiento supondrá la creación de un pasillo por el que podrán transitar libremente los fieles judíos cuando vayan a orar a la Tumba de los Profetas, en el centro de Hebrón.

El proyecto no es nuevo. Fuentes palestinas de Hebrón aseguran que la decisión de ampliar responde a un antiguo plan establecido por el Gobierno de Israel, después de la guerra de los Seis Días, en 1967, por el que se tomó el control de Kiryat Arba, convirtiéndola en cabeza de puente para ocupar progresivamente la ciudad de Hebrón, rescatarla del control de los palestinos y restituirle el sentido religioso judío, no en vano es el lugar donde yacen los restos de Abraham, Isaac y Jacob.