Símbolos y palabras
El Papa nos ha dado una extraordinaria lección de oratoria política. El discurso de Juan Pablo II no ha sido la injerencia en los asuntos italianos que muchos temían. Tampoco ha sido una alocución a los fieles sobre los grandes temas del apostolado católico. Invitado al Congreso, el Papa se ha dirigido a los italianos y a sus representantes políticos (...) con una alocución política magistral en la que ha hablado (...) sobre todo lo que la Iglesia desea de la nación italiana y también sobre algunos problemas de Europa. Juan Pablo II ha subrayado las raíces cristianas de Italia y la huella profunda que ha dejado en su cultura y en su arte. (...) Ha condenado la alianza entre democracia y "relativismo ético", una forma de deplorar el matrimonio entre homosexuales, las parejas de hecho y la reproducción asistida. (...) Ha rendido homenaje a la exigencia de seguridad, pero ha recordado que el estado de las cárceles exige un gesto de clemencia. Ha pedido mayor atención hacia los miembros más débiles del cuerpo social recordando que el Estado debe ayudar a los parados y a los inmigrantes. (...) Ha condenado el terrorismo y la utilización distorsionada de las religiones: un modo de subrayar que el islam no puede ser considerado como fuente de inspiración de los atentados. Y, finalmente, ha deplorado que en los asuntos internacionales prevalezca la lógica del enfrentamiento, una forma de afirmar que se puede evitar la guerra con Irak y que se debe resolver la crisis palestina. Éstas son algunas de las cosas que el Papa ha pedido a Italia y a Europa. (...)
Sergio Romano
Milán, 15 de noviembre