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Reportaje:

La presencia del euro pone a dieta al Banco de España

La autoridad monetaria iniciará a finales de diciembre un plan para cerrar 30 oficinas de su red y recortar drásticamente la plantilla

La llegada del Banco Central Europeo ha restado poder a las autoridades monetarias nacionales. La pérdida de funciones, como el control de la política monetaria de cada Estado, ha provocado un exceso de plantilla en estas instituciones. Los bancos centrales de España y Francia han anunciado la adopción de planes de ajuste que provocarán una drástica reducción de oficinas y empleados. Las sucursales del Banco de España se reducirán desde las 52 actuales hasta 22 dentro de un par de años.

La reducción de plantilla va a ser tan fuerte que al acuerdo de prejubilaciones y bajas incentivadas ya se han acogido 518 trabajadores

Los bancos centrales europeos van a comenzar a sufrir las consecuencias de la pérdida de poder que les ha supuesto la llegada del euro. El Banco Central Europeo asumió el mando de la política monetaria, una tarea que hasta hace un par de años ejercían las autoridades monetarias nacionales.

La nueva dinámica de actuación ha provocado un exceso de capacidad en los bancos centrales europeos. Los planes de ajuste de plantilla han comenzado a producirse. España ya tiene el suyo, mientras Francia elabora el propio, que presentará a finales de este ejercicio. El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, tiene previsto cerrar 30 de las 52 sucursales en tres fases. La reducción de plantilla es tan fuerte que al acuerdo de prejubilaciones y bajas incentivadas alcanzado por la entidad y los sindicatos ya se han acogido 518 trabajadores.

El próximo 31 de diciembre comenzará el plan de adelgazamiento de la red de sucursales del Banco de España. En esa fecha se producirá el cierre de las delegaciones de Ávila, Castellón, Cuenca, Guadalajara, Lugo, Lleida, Palencia, Segovia, Soria y Teruel. A partir de estos cierres comienza un proceso de reasignación de fondos, recursos y depósitos para las empresas y particulares que tengan relación con las oficinas clausuradas.

Las cuentas corrientes y los depósitos por honorarios de peritos se traspasarán a la oficina cabecera de comunidad autónoma. Los depósitos de alhajas y aquéllos formalizados en cumplimiento de normas legales, así como los valores a entregar irán a parar a la central de Madrid. Los cambios de billetes y monedas, por su parte, se llevarán a cabo en todas las sucursales. Los saldos de deuda se trasladarán a la sucursal cabecera de comunidad. La contratación de valores del Estado se llevará a cabo también en esas oficinas.

El primer cierre, que se producirá el 31 de diciembre de este año, supondrá el desplazamiento de una serie de actividades a las oficinas cabeza de comunidad. Las sucursales de Ávila, Palencia, Segovia y Soria trasladarán sus servicios a la sucursal de Valladolid; la oficina de Castellón terminará en Valencia; Cuenca y Guadalajara, en Toledo; Lleida, en Barcelona; Lugo en A Coruña y Teruel en Zaragoza.

Los movimientos se traducirán en un fuerte descenso de la plantilla del Banco de España. Sindicatos y empresa llegaron a un acuerdo para promover prejubilaciones voluntarias para mayores de 55 años y también para aquéllos comprendidos entre los 50 y los 54 años de edad, siempre que se alcanzara el objetivo del 80% de este colectivo.

También se han contemplado las vías de traslado, extinción de contrato y excedencia voluntaria especial. En total se han presentado 191 solicitudes de prejubilación voluntaria (115 de empleados con más de 55 años y 76 de trabajadores con menos de 50 años) y 141 peticiones de traslado. En el resto de sucursales y la central se han registrado 327 demandas de prejubilación voluntaria.

El Banco de Francia también va a iniciar un plan de reestructuración de la red para ajustarla al nuevo entorno tras la llegada del euro. La autoridad monetaria francesa podría tener concluido este plan a finales de este año y se habla del cierre de un centenar de oficinas.

No son casos aislados. La plantilla de los 15 bancos centrales europeos asciende a unos 60.000 trabajadores, un colectivo para el que su futuro se ha tornado incierto con la llegada del euro. La reducciones de empleo previstas se producen en un momento en que casi la mitad de los empleados de estas entidades considera que las condiciones laborales se han degradado en los últimos años. Así lo refleja un estudio realizado por John Storey, de la Open University.

El descontento en los empleados del Banco de Francia (uno de los que más influencia ha perdido con la llegada del BCE, junto al Banco de Holanda y el Bundesbank alemán) se eleva hasta el 94% de la plantilla. "Los empleados del Banco de Francia y del Bundesbank son los que en mayor número esperan que las condiciones laborales mantengan su deterioro en el futuro", advierte John Storey.

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