El Liceo sella en Venecia su alianza con La Fenice con música de Falla y Granados

Con Venecia como fondo, una carpa de circo como escenario y la música de Manuel de Falla y Enrique Granados como representación, el Liceo de Barcelona y el veneciano teatro de La Fenice sellaron en la noche del viernes una alianza de mutua colaboración. Asesoramiento en el uso de tecnología audiovisual en la reconstrucción de La Fenice -destruida, como el Liceo, por un incendio-, y un convenio para coproducir montajes operísticos a partir de la inauguración del coliseo veneciano, prevista en diciembre de 2003, son los ejes de esta alianza a la que la Orquesta y Coro del Liceo pusieron anteanoche música interpretando para el público de La Fenice Noches en los jardines de España, de Falla, y Goyescas, de Granados.

La función debe continuar. El Liceo así lo decidió cuando, con su teatro destruido por el fuego el 31 de enero de 1994, se empeñó en continuar sus temporadas líricas en otros espacios -menos aptos para la ópera- de la ciudad. La Fenice tampoco dudó cuando, tras el incendio que lo destruyó el 29 de enero de 1996, decidió proseguir su programación en una carpa de circo. La llamada PalaFenice está mal situada en una inhóspita punta de tierra en un extremo de la laguna veneciana, rodeada de fábricas y grúas y con escasas, por no decir nulas, condiciones para la ópera.

Falla y Granados fueron los dos autores elegidos por el Liceo para presentarse en La Fenice, invitado en esta ocasión por el teatro veneciano, que no llegó a llenar la carpa, con capacidad para 1.300 espectadores, pero sí agradeció con cálidos aplausos la música española. Noches en los jardines de España, de Falla, con el pianista Joaquín Achúcarro como solista, abrió el programa de la velada que, dirigida bajo la batuta del joven catalán Josep Caballé, tenía como plato fuerte la interpretación, en versión de concierto en la segunda parte, de la ópera de Granados Goyescas, con la soprano Ana María Sánchez, la mezzosoprano Alicia Nafé, el tenor Vicente Ombuena y el barítono Àngel Òdena como solistas. La precariedad del marco para interpretar música y el nulo aislamiento acústico de la carpa, azotada por un fuerte viento, pusieron en jaque no sólo la concentración del público, sino el valor musical de la cita, salvada por la profesionalidad de la Orquesta y Coro del Liceo, los solistas y el buen hacer de Josep Caballé.

Como preámbulo de la velada, el sobreintendente de La Fenice, Giampaolo Viannello, entregó al director general del Liceo, Josep Caminal, una placa en oro conmemorativa de la alianza entre los dos teatros. Fruto de esta colaboración es la decisión de La Fenice de adoptar el mismo proyecto de tecnología audiovisual creado por el Liceo, que ha obligado a aumentar en seis millones de euros el presupuesto de reconstrucción del coliseo veneciano, que asciende a 62 millones.

"Cuando en otoño de 2004 empecemos a hacer ópera en la reconstruida Fenice, iniciaremos un convenio para coproducir montajes operísticos entre los dos teatros", avanzó Viannello. La inauguración de la nueva Fenice tendrá lugar, sin embargo, medio año antes.