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Columna
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De cine

A uno en estos tiempos, lo que le gustaría hablar es de cine. La intervención de Alfredo Sáchez Monteseirín, alcalde de Sevilla, en la película Eres mi hérore, después de hacer gala que corría delante - o detrás- de los grises en su tiempo de juventud. Claro que, la llamada de James Bond a Teófila Martínez para que asista a la película Muere otro día, no se queda atrás. Claro que hablar, o escribir, de cine con estos personajes, sobre todo cuando ninguno de ellos es mi héroe, puede ser entretenido, aunque una pérdida de tiempo. Tal vez, por esta razón, merezca la pena detenerse en otros temas, que no son cine, pero por el comportamiento de los actores lo parecen.

Ahora resulta que un tribunal, en concreto la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Sevilla, dice que un juez de familia de Sevilla ha podido cometer delito, e invita a las partes del proceso a que efectúen la pertinente denuncia contra el juez. En fin, uno pensaba, en sus cortas luces, que lo de las películas era para el alcalde de Sevilla o para la señora Martínez, por aquello de que se lo montan parecido, pero, desde luego, no pensaba, que el cine había llegado a la justicia. Otra explicación no tiene.

Si una sala de justicia, que cuenta con tres magistrados, que son superiores de un juez, le ordena que cumplan una determinada resolución, y no lo hace no parece, salvo en el cine o por un corporativismo mal entendido, que sean las partes del proceso las que tengan que denunciar al juez. Lo más razonable es que si quiénes entienden de leyes, por su condición de juez, no remiten las actuaciones al ministerio fiscal por delito, es que están dejando de promover la acción de la justicia o, sencillamente, que no hay delito, aunque inviten a las partes a denunciar, lo que ellos no han hecho.

Una situación jurídica que no se entiende, salvo en la película de James Bond, esa de Muere otro día, cuyo título podría ser sustituido por otro de denuncie vd. mañana, aunque yo lo sepa hoy, y sea juez por tres veces.

En fin, por lo visto, lo del cine no sólo es cosa de algunos políticos. Esperemos que algún día estos políticos se dediquen a sus alcaldías y dejen el teatro, y los jueces se dediquen a denunciar los delitos que conozcan, sin que sean los ciudadanos los que tengan que hacer de alcaldes y de jueces.

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